Madrid |
Además tampoco está ubicado en la planta baja, por lo que el nuevo propietario tendrá que buscarse la manera de entrar, probablemente armado con una escalera y usando la única ventana para acceder. El curioso inmueble mide 12 metros cuadrados y tiene unas envidiables vistas al río Nene, que atraviesa la ciudad.
Está datado en el siglo XVI y nadie lo ha habitado desde tiempos remotos. De hecho no existen registros sobre el último habitante, por lo que no se sabe qué es lo que hay en su interior.
El cuarto está enclavado entre dos casas históricas en el margen del río y aunque la puja inicial era de unos 100 libras esterlinas (unos 120 euros), fue vendido tan sólo por una libra esterlina (1,16 euros). Eso sí, el nuevo propietario tendrá que pagar en impuestos una suma mucho mayor, unos 1.200 euros.
Por supuesto tendrá que invertir también en una escalera para poder acceder a su nueva propiedad. Y probablemente en productos de limpieza porque, al menos desde 1966, cuando el ayuntamiento se convirtió en su legítimo propietario, nadie ha entrado en el cuarto.