Para entender algo hay que remontarse al mismo día que París se manifestaba masivamente contra el atentado de Charlie Hebdo. Allí, en la capital francesa, once ministros europeos del interior se reunieron y expresaron su intención de revisar el Tratado de Schengen: “Pondremos en marcha controles profundos sobre ciertos pasajeros en base a criterios objetivos y concretos con respeto a la fluidez de los pasos fronterizos, de las libertades fundamentales y de las exigencias de seguridad”, dijeron.
Al día siguiente pregunté a la portavoz comunitaria de Interior, Natasha Bertaud, en la rueda de prensa diaria de la institución, y me dijo que en la Comisión Europea creen que antes de modificar el acuerdo de fronteras Schengen hay que aprovechar al máximo todas las posibilidades que ofrecen las reglas actuales. (ver vídeo)
Es decir, que ya para empezar, a la Comisión Europea no le apetece mucho cambiar el Tratado de Schengen. Luego me acerqué a Natasha y le pregunté fuera de micro si, más allá de los casos excepcionales, vamos a ver más controles en las fronteras internas y me aseguró que la reforma de Schengen mencionada en la declaración de París sólo hablaba de reforzar los controles exteriores. Es decir, cuando entra alguien a España desde África. O a Polonia desde Rusia.
Bueno. Pues hoy le he preguntado a Fernández Diaz y me ha dicho que no, que “en París se habló de las dos cosas”. “Que por supuesto (la reforma de Schengen) puede afectar también a las fronteras interiores, con más controles documentales y más controles de seguridad”, que los nuevos controles “no serían tan aleatorios ni excepcionales, sino más habituales tanto cuando entramos en territorio Schengen como cuando nos estamos desplazando en el interior”.
Si quieren oír mis preguntas al ministro, hacer play arriba:
¿Quién tiene razón? ¿Van a volver las fronteras interiores y no nos lo están contando? ¿O a España le gustaría que volvieran y no convence al resto?
De todas formas hay pistas. Los ministros de Interior de la Unión Europea se han comprometido este jueves, aquí en Riga, capital de Letonia, donde me encuentro, a reforzar la vigilancia de las fronteras exteriores de la Unión Europea con controles electrónicos "sistemáticos", pero no han hablado nada de trasladar este tipo de vigilancia exhaustiva al interior del espacio Schengen, tal y como ha planteado el ministro español. Más datos. Según fuentes europeas, "Las fronteras interiores no están en cuestión". Y por si fuera poco. Preguntado al respecto, el coordinador europeo de la lucha antiterrorista, Gilles de Kerchove, ha dicho que "Schengen es parte de la solución, no del problema, pero ello implica tomar medidas en las fronteras exteriores".
Ahora juzguen y vean. El tiempo dará y quitará razones.