Hay un mito muy extendido que dice que los tiburones pueden oler una sola gota de sangre a gran distancia gracias a su olfato excepcional que les permite rastrear una presa herida a leguas.
Para averiguarlo, un exingeniero de la NASA reconvertido en youtuber ha querido llevar a cabo un experimento cerca de Las Bahamas primero con sangre ajena y luego con su propia sangre.
En el primer experimento utilizó varias tablas de surf controladas a distancia que transportaban grandes contenedores: uno con aceite de pescado, otro con orina y otro con sangre de vaca.
Tras veinte minutos en el mar, los tiburones comenzaron a notar la sangre y 41 de ellos siguieron el rastro.
En el segundo experimento usó su propia sangre. Utilizó dos tablas de surf -también teledirigidas- que transportaban gotas de su sangre.
El resultado del experimento fue negativo en este caso ya que no logró atraer la atención de ningún tiburón.
El youtuber ha asegurado que no es un experimento perfecto, pero que prueba que, más o menos, el mito que rodea al olfato de los tiburones es falso.