El arándano es una de las frutas del grupo de las berries o frutos del bosque, junto a las fresas, las moras y las frambuesas. Se desarrolla de manera natural en arbustos, y tiene su origen en Europa, norte de África, Cáucaso y Asia septentrional, pero su desarrollo se extendió a otros continentes, como América del Norte y del Sur.
En los últimos años, se ha convertido en un alimento muy presente en las dietas saludables y un buen complemento en cualquier comida del día, ya que tiene muchos beneficios, especialmente si se ingiere a diario.
Una superfruta
Existen diferentes variedades de arándanos, como el azul o el rojo. En el caso del arándano azul, sus beneficios son múltiples ya que aporta minerales y vitaminas como la B y la C, además de ser un potente antioxidante, lo que favorece el crecimiento y desarrollo de las células sanas de nuestro cuerpo.
La ingesta diaria de estas pequeñas bayas revierte los efectos degenerativos de la edad y protege, entre otras cosas, las paredes del tracto urinario. Incluso, ayudan a mantener un buen funcionamiento del sistema cardiovascular y de la visión.
Un estudio de la Universidad de Harvard sobre el aporte positivo de las fresas y los arándanos, recopiló 93.600 datos de mujeres de entre 25 y 42 años que consumieron durante 18 años diferentes alimentos saludables, y se halló que quienes ingerían estas berries tenían menos riesgo a padecer un ataque cardíaco.
“Cuanto antes las personas comiencen el tipo de dieta que incluya una mayor ingesta de arándanos y fresas, mejor”, ha explicado el Doctor Eric Rimm, el encargado de esta investigación y profesor asociado de la Escuela de Salud Pública de Harvard y la Escuela de Medicina de Harvard.
Rimm aconseja incorporar esta baya azul en el menú diario, en forma de tentempié o en cada una de las cuatro comidas. “Nuestra hipótesis subyacente es que estos alimentos son beneficiosos porque tienen un alto contenido de antocianinas (flavonoides), pero aún no se ha demostrado si se trata solo de esta o de alguna otra sustancia en los arándanos y las fresas”.
Según la Clínica Mayo, los arándanos azules son bajos en calorías y previenen la aparición de ciertos tipos de cáncer. Gracias a su efecto flavonoide, ayudan a disminuir los niveles de colesterol malo (LDL) y propicia el aumento del bueno (HDL) y, por ello, contribuyen a reducir la presión arterial.
Además, la ingesta diaria evita la diabetes y si ya la padeces, se recomienda consultar con tu médico de confianza, ya que el arándano puede afectar el resultado de los medicamentos.