Por primera vez Sanidad incluye como factor de riesgo de la mortalidad derivada de las bajas temperaturas la pobreza energética, que define como "no vivir en lugares que aseguren una temperatura mínima confortable: lugares sin calefacción o donde viven personas con bajo nivel de renta que hace que, aunque tengan calefacción, no puedan encenderla".
Las olas de frío aumentan la mortalidad
Cada año mueren en España alrededor de 1000 personas por patologías relacionadas con el frío. "Hay una temperatura mínima diaria, que varía de un lugar a otro, por debajo de la cual la mortalidad invernal aumenta de forma brusca", explica Julio Díaz, codirector de la Unidad de Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano de la Escuela Nacional de Sanidad.
La mortalidad asociada al frío es sólo un poco más baja que la asociada a las olas de calor y además, apunta Julio Díaz, "el efecto de las olas de frío es más difuso que el de las olas de calor. Estas últimas lo acusan entre uno y cuatro días tras el pico de calor, en el caso del frío se manifiesta hasta 14 días después, ya que la mortalidad asociada a las olas de frío se debe, en parte, a enfermedades respiratorias infecciosas, aunque también hay un aumento de la mortalidad de las enfermedades cardiovasculares".
El frío provoca una descompensación orgánica
Por todo ello, asegura, "se hace necesaria la articulación de planes para disminuir esa morbimorbilidad asociada a las olas de frío" que afecta sobre todo a pacientes crónicos, con patologías previas -a los que el frío provoca un sobre-estrés orgánico que puede dar lugar a una descompensación, la población infantil y los ancianos". Además hay que tener en cuenta los casos extremos derivados de la hipotermia o la congelación y el hecho de que el frío provoca más accidentes de tráfico y caídas por placas de hielo, así como incendios e intoxicaciones por monóxido de carbono a partir de estufas de gas o braseros.
Éstas son las recomendaciones generales del Ministerio de Sanidad
- En el exterior, es conveniente respirar por la nariz y no por la boca, ya que el aire se calienta al pasar por las fosas nasales y así disminuye el frío que llega a los pulmones
- Extremar la precaución en caso de hielo en las calles. Si es posible, es conveniente usar calzado antideslizante
- Varias capas de ropa fina protegen más que una sola gruesa, al formar cámaras de aire aislante entre ellas
- Si se utilizan braseros en casa o chimenea, es conveniente ventilar la estancia con frecuencia para evitar la acumulación de CO2
- No tomar medicamentos sin receta médica, porque algunos medicamentos precipitan los problemas derivados de la exposición al frío
- Tomar una alimentación variada, y consumir diariamente fruta. Beber líquidos, sobre todo agua y bebidas calientes
- Mantenerse siempre bien informado sobre las previsiones meteorológicas antes de salir de casa
- Se recomienda la vacunación contra la gripe en personas mayores de 65 años y en las que padecen alguna enfermedad crónica (cardiopulmonar, metabólica e inmunodeprimidos)
Recuerda además Julio Díez, que pese a que el cambio climático está aumentando las temperaturas, las olas de frío, como fenómeno meteorológico extremo, no van a desaparecer, por lo que es importante adaptarse a ellas para reducir la mortalidad asociada.