No somos conscientes cuando nos toca, porque de los hospitales no salimos con una factura y una abultada deuda en la cuenta bancaria, como sí ocurre en otros países sin un Sistema Nacional de Salud como el nuestro. Pero los tratamientos que recibimos en los centros de salud, los ambulatorios de especialidades y los hospitales están lejos de ser gratuitos. Es todo lo contrario; tienen unos costes que dejarían temblando cualquier plan de ahorros. Pongamos algunos ejemplos.
Los costes de los partos y la atención a neonatos
Un parto natural, con una estancia media hospitalaria de 2,7 días, tiene un coste de 2.928 euros, que se eleva a 3.763 si es necesaria una cesárea. Si el bebé nace con bajo peso o es prematuro, los costes se multiplican. Atenderles en incubadora oscila entre los 36.906 euros y los 68.052, según las intervenciones que precise, el peso al nacer y el tiempo de hospitalización, que rara vez baja de los dos meses.
Veamos otras cirugías de alto impacto: la extirpación de un apéndice sube de los 3.600 euros, implantar un marcapasos llega a los 6.900 y colocar una prótesis de cadera supone un coste medio de 7.739 euros. Reparar una fractura de cadera y fémur se pone en los 7.934 euros y una craneotomía abierta (abrir el cráneo para reparar un daño cerebral) supera los 17.000 euros de media.
Tratar un infarto son 3.900 euros
Los ingresos hospitalarios sin cirugía también tienen un coste elevado, aunque menor que las dolencias que exigen pasar por el quirófano. Así, tratar una neumonía, con una media de hospitalización de 8 días, supone gastar unos 5.400 euros, mientras que una infección urinaria compleja se eleva a 3.175 euros y recuperar un infarto agudo de miocardio, 3.891 euros de media.
Los procedimientos más complejos, los trasplantes, son los más costosos. Un trasplante de pulmón tiene un coste medio de 74.555 euros; uno cardíaco 70.276, el alogénico de médula ósea (procedente de donante), 47.070 euros de media. Son procesos, sin embargo, que revierten no sólo en calidad de vida, también en ahorro de costes sanitarios al propio sistema.
Recuerda Beatriz Domínguez-Gil, directora general de la Organización Nacional de Trasplantes, que cada año se realizan en España entre 5.000 y 6.000 trasplantes de órganos. El programa renal es uno de los más abultados, en 2023 se realizaron más de 3.500 procedimientos.
"Su coste -explica la doctora Domínguez-Gil- es sustancialmente inferior al del tratamiento sustitutivo con diálisis, de forma que el tratamiento de un solo paciente con un trasplante renal durante cinco años supone un ahorro para el sistema sanitario de cerca de 160.000 euros en comparación con la hemodiálisis y de cerca de 90.000 euros comparación con la diálisis peritoneal".
De hecho, gracias a los trasplantes renales, el sistema de donación y trasplante de España ahorra al sistema sanitario dos veces el coste de todos los procedimientos de obtención y trasplante de todo tipo de órganos que se efectúan en nuestro país.
Todos estos datos, que se pueden consultar en la página web del Ministerio de Sanidad, se actualizan periódicamente, como un ejercicio de transparencia, aunque sirven también para que los ciudadanos nos demos cuenta de que la atención sanitaria no es gratuita "y, por tanto, hay que ser cautos y eficientes, usarla cuando es oportuno", remarca José Luis Cobos, vicepresidente del Consejo General de Enfermería. Recordando siempre que la financiación de todo el sistema sanitario sale de nuestros impuestos.