El envejecimiento es un proceso natural de cualquier ser vivo, pero desde nuestros orígenes nuestra especie ha investigado cómo ralentizar este proceso, incluso hemos soñado con cómo pararlo consiguiendo la inmortalidad.
Y aunque la medicina ha realizado muchísimos avances y nuestra calidad de vida cada vez nos permite vivir más años, es inevitable que nuestro cuerpo envejezca.
A pesar de esto, sí es cierto que es importante cuidarnos para tener una vejez saludable. Así lo muestra una nueva investigación, que ha conseguido establecer ciertas edades clave donde nuestro cuerpo experimenta un mayor envejecimiento.
La evolución del envejecimiento
Según la nueva investigación realizada por investigadores de la Universidad de Standford, el envejecimiento no solo se produce de forma gradual, sino que también se produce en ráfagas específicas entre los 44 y los 60 años.
A partir de los 40, nuestro cuerpo sufre cambios en el metabolismo de los lípidos y el alcohol, y en torno a los 60 disminuye la función renal, el metabolismo de los carbohidratos y la regulación inmunológica. Los investigadores también observaron cambios significativos en el riesgo de enfermedades de la piel, los músculos y el corazón, tanto entre los 40 y los 60 años.
Aunque este estudio solo incluyó a 108 personas de California de entre 25 y 75 años, y serán necesarias más investigaciones, estos hallazgos pueden guiarnos a nuevas pruebas de diagnóstico y estrategias preventivas para las enfermedades relacionadas con el envejecimiento.
La importancia de un buen estilo de vida para un envejecimiento saludable
Según un estudio de 2018 publicado en la revista Nutrients, relacionó factores específicos del estilo de vida en la mediana edad, como tener un peso corporal saludable, ser físicamente activo, llevar una dieta de alta calidad y no fumar están directamente relacionados con una mejor salud durante el envejecimiento.
Además, a nivel cerebral en esta franja de edad sufre cambios. Un informe de 2020 publicado en la revista The Lancet mostró que controlar la presión arterial y mantenerse activo social, cognitiva y físicamente durante esta fase de la vida puede ayudar a reducir el riesgo de padecer demencia en el futuro.
El envejecimiento es inevitable, pero hacer ciertos cambios en el estilo de vida puede ayudarnos a mitigar algunos de los riesgos asociados con las enfermedades relacionadas con el envejecimiento. Sin embargo, muchos otros factores, como el medio ambiente, la estabilidad económica y el acceso a la atención médica y la educación, también afectan los resultados del envejecimiento saludable y no son fáciles de controlar para las personas.
