El verano trae consigo un notable incremento en las temperaturas, lo que suscita preocupación por la posibilidad de superar los máximos registrados el año pasado, en 2023, período en el que se reportaron varios fallecimientos, debido a las condiciones de calor extremo.
De acuerdo con los datos publicados recientemente por la Asociación Americana de Psicología, los días de calor extremo son una "consecuencia inevitable del calentamiento global", y se anticipa que 2024 podría ser aún más severo, posiblemente marcando "el primer año en registrar un aumento de 1,5°C sobre los niveles preindustriales".
Pero además de los efectos físicos del calor, como la insolación y el agotamiento, también se reconocen consecuencias psicológicas, que van desde la irritabilidad hasta la impulsividad y la dificultad para concentrarse.
¿Por qué el calor afecta negativamente a la salud mental?
Antonio Bulbena, catedrático de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Barcelona, fundador del Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones (INAD), y actual miembro de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM), explica que los golpes de calor incrementan el grado de violencia de las personas.
"También observamos que se incrementaba el consumo de alcohol, otro factor ligado a la violencia. El incremento térmico, por sí mismo, es claramente un factor que incrementa la violencia", insiste el especialista.
De hecho, de acuerdo con un estudio sobre el impacto de la ola de calor en la actividad de dos servicios de urgencias psiquiátricas (el Hospital del Mar y el Instituto de Psiquiatría), elaborado por la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM), los pacientes que acuden a urgencias durante una ola de calor tienen más antecedentes psiquiátricos (90.3% frente a 75.9%) y suelen estar más en contacto con servicios psiquiátricos (62.6% frente a 52.3%).
Sin embargo, no se encontraron diferencias significativas en la edad, el sexo, la presencia de acompañantes, ni en la mayoría de las medicaciones tomadas antes de la visita a urgencias.
Además, en la citada investigación se observó que, durante una ola de calor, suele haber una mayor proporción de diagnósticos de abuso de alcohol (11.4% frente a 5.8%) y de consumo de sedantes/u opioides (4.1% frente a 1.5%). Se observó también un menor porcentaje de diagnósticos de trastornos de ansiedad (15.4% frente a 19.4%).
El estudio también hace referencia a un incremento significativo en el ítem "peligro hacia los demás" de la escala de gravedad, lo que refleja un incremento en los comportamientos violentos. La sujeción mecánica (utilización de dispositivos físicos para limitar los movimientos de una persona con el fin de prevenir que se haga daño a sí misma o a otros), también es más frecuente en este período, utilizándose en el 15.2% de los casos frente al 9.1%.
Además, en la mitad de estos casos, los pacientes habían consumido alcohol o drogas antes de acudir a urgencias, lo que subraya la relación entre las altas temperaturas, el abuso de sustancias y el aumento de la agresividad.
Finalmente, durante una ola de calor, cuenta el estudio, suele haber un incremento en la prescripción de "medicaciones psicotrópicas" y de fármacos no psiquiátricos, como los derivados de la vitamina B.
Además, el Dr. Bulbena señala que los efectos del calor prolongado en el estado de ánimo y la cognición son significativos. "Prolongadas exposiciones a altas temperaturas tienden a reducir el repertorio emocional de las personas, llevándolas a estados más primitivos y automáticos, manifestándose generalmente en formas de apagamiento o excitación", explica el experto. En cuanto a la cognición, continúa Bulbena, diversos estudios indican que el calor provoca un mayor enlentecimiento cognitivo y un estrechamiento de la atención, conocido como "hipoprosexia".
Medidas para proteger la salud mental durante olas de calor
Aunque no existen estudios específicos sobre las medidas preventivas para proteger la salud mental durante las olas de calor, el especialista sostiene que "Hay acciones claras que deberían implementarse".
La primera es informar a la población sobre el riesgo aumentado de comportamiento impulsivo y violencia, incluidos datos sobre la violencia de género, lo que hace imperativo informar y prevenir.
En segundo lugar, es crucial promocionar mecanismos de refrigeración y, sobre todo, asegurar una adecuada hidratación. Además, es esencial promover la reducción del consumo de alcohol durante estos periodos. Otras estrategias para sobrellevar el calor extremo y proteger nuestra la salud mental, son las siguientes:
- Mantenerse hidratado: beber suficiente agua es esencial para mantener una hidratación adecuada y promover el bienestar mental. Durante las olas de calor, es importante aumentar la ingesta de líquidos y evitar el consumo excesivo de cafeína y alcohol.
- Buscar espacios frescos: permanecer en lugares frescos con aire acondicionado o usar ventiladores puede ayudar a reducir el estrés térmico y proporcionar alivio del calor. Si no se dispone de estas opciones, buscar lugares públicos con aire acondicionado, como bibliotecas o centros comerciales, puede ser beneficioso.
- Cuidar el sueño: el calor puede dificultar el sueño reparador. Mantener un ambiente fresco y cómodo en el dormitorio, como usar ropa ligera y mantener las ventanas abiertas durante la noche si es seguro, puede ayudar a mejorar la calidad del sueño.
- Practicar técnicas de relajación: incluir técnicas de relajación, como la meditación, la respiración profunda y el yoga, puede ayudar a reducir el estrés y a mejorar la salud mental durante periodos de calor extremo.
