Detectar el cáncer lo antes posible es, junto a prevenirlo para que no aparezca, uno de los grandes retos de la ciencia. Llevan años los investigadores apostando por la biopsia líquida, que analiza biomarcadores en muestras de sangre periféricas, como el método que se convertirá en el más eficaz para encontrar los primeros marcadores tumorales en fases previas. Destaca Ramón García Sanz, portavoz y ex presidente de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), que estas investigaciones "son un enfoque prometedor, especialmente la que se basa en el análisis de las anomalías genéticas de los tumores, porque con ella se pueden identificar más de 50 tipos de cáncer. Sin embargo, estas pruebas genéticas tienen como defecto una baja sensibilidad en etapas precoces del cáncer, son caras y son difíciles de incorporar a los sistemas de salud".
El diagnóstico precoz del cáncer con métodos no invasivos, sigue siendo un sueño en salud pública
Y ahí es donde el trabajo publicado por el British Medical Journal, firmado por la Ohio State University de Estados Unidos, aparece como muy prometedor, ya que se basa en el hallazgo de 10 proteínas capaces de detectar 18 tipos de cánceres diferentes en etapa temprana, tumores en todos los órganos principales del cuerpo humano.
Para explorar el potencial de estas proteínas, los investigadores analizaron muestras de plasma sanguíneo de 440 personas diagnosticadas con alguno de los 18 tumores, siempre previo al inicio del tratamiento, y las de 44 donantes de sangre sanos. Después examinaron en cada una de las muestras más de 3.000 proteínas asociadas a los marcadores químicos del cáncer. El primer paso fue detectar la firma biológica del cáncer; el segundo, el origen del tejido y el subtipo de cáncer. A través de un proceso de eliminación llegaron hasta un panel de 10 proteínas específicas en cada uno se los sexos que mostraron además diferencias entre las muestras de plasma de pacientes con cáncer y personas sanas.
Traducido, lo que se ha encontrado es que las proteínas implicadas en el desarrollo de tumores son diferentes entre hombres y mujeres y esta diferencia se mantiene entre todos los tipos de cáncer.
Las proteínas fueron especialmente eficaces en la detección del cáncer de forma temprana
Las diez proteínas localizadas fueron capaces de detectar todos los tipos de cáncer en fases 1, 2 y 3, aunque son específicamente eficaces para identificar las fases tempranas de la enfermedad. Individualmente, cada proteína sólo resultó moderadamente precisa para detectar la enfermedad, pero combinada con otras, la precisión se multiplica. De hecho identificaron el 93% de los tumores en etapa 1 entre los hombres y el 84% de los cánceres en etapa 1 entre mujeres.
Reconocen los investigadores que la muestra es todavía muy pequeña para sacar conclusiones definitivas. Falta además, información más precisa sobre las proteínas. No se conoce aún, apuntan, toda la gama de proteínas producidas por una célula u órgano en particular. Sin embargo este trabajo abre nuevas vías para el desarrollo de pruebas de detección temprana del cáncer. Y en eso coincide el doctor Ramón García Sanz, que destaca que "los resultados del estudio son muy prometedores porque abren otra puerta a la posibilidad de implantar estudios de cribado poblacional del cáncer de forma sencilla, útil y económicamente viable".
Sin embargo, añade, "quedan interrogantes por resolver. El estudio incorpora un complejo análisis estadístico que debe ser entendido por la comunidad científica y carece de una explicación biológica de por qué una cierta combinación de expresión alta o baja de algunas proteínas se relaciona con un determinado tipo de cáncer y no con otro. Finalmente se debe demostrar que esas combinaciones se asocian con ciertos tipos de cáncer sin verse influenciadas por otras circunstancias como el ritmo vital de las personas, el ejercicio, la alimentación o la toma de algún fármaco".
Con todo, como recuerdan siempre los investigadores, en la lucha contra el cáncer, la prevención es la palabra con mayúsculas. Entre un 30% y un 50% de los tumores pueden prevenirse con la adopción de hábitos de vida saludables. Entre ellos mejorar la alimentación, evitar el sedentarismo, aumentar la vida activa y abandonar hábitos como el alcohol y el tabaco.