Volver a caminar tras sufrir paraplejia, ese es el nuevo hito médico que han conseguido los investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) y del Hospital Universitario de Lausana.
Este grupo de profesionales ha cambiado el paradigma en el tratamiento de las lesiones de la médula espinal al estimular una región del cerebro. Gracias a esta práctica, los pacientes han podido recuperar el movimiento en las extremidades inferiores, logrando caminar sin ayuda e incluso subir escaleras.
Uno de los pacientes que se ha sometido a la intervención es Wolfgang Jäger, un hombre de 54 años que quedó en silla de ruedas en 2006 después de sufrir un accidente esquiando, dejándole una lesión en la médula espinal que le impedía caminar.
“El año pasado durante las vacaciones no tuve ningún problema en dar un par de pasos hacia el mar usando la estimulación”, explica este paciente. “También puedo alcanzar cosas de los armarios de la cocina”, añade.
La estimulación cerebral mediante la cual han conseguido que los pacientes vuelvan a caminar es una técnica neuroquirúrgica que implica la implantación de electrodos en determinadas regiones del cerebro. En el pasado, esta técnica se ha empleado para tratar enfermedades como el Parkinson, centrándose en las áreas del cerebro que son responsables del control motor.
En cambio, lo que han hecho los investigadores supone un hecho pionero, ya que aplicar la estimulación cerebral pionera en el hipotálamo lateral para tratar la parálisis parcial no se había realizado anteriormente.
Mejoría a largo plazo
El estudio, publicado en la revista ‘Nature Medicine’, refleja cómo la estimulación cerebral ayudó al paciente a presentar una mejoría a largo plazo. Estos hallazgos, afirman los investigadores, sugieren que el tratamiento ha impulsado mejoras neurológicas estables.
“Esta investigación demuestra que el cerebro es necesario para recuperarse de la parálisis”, explica Gregorio Courtine, uno de los autores de la investigación. “Sorprendentemente, el cerebro no es capaz de aprovechar al máximo las proyecciones neuronales que sobreviven después de una lesión en la médula espinal. Hemos descubierto cómo aprovechar una pequeña región del cerebro para activar estas conexiones residuales y propiciar la recuperación neurológica”.