La metformina está de moda, no por tener buenos resultados sobre la enfermedad para la que se desarrolló, la diabetes, sino porque muestra una efectividad en problemáticas que poco o nada tienen que ver con su propósito. Se trata de “un fármaco utilizado para el control de la diabetes tipo 2” que “favorece que la glucosa entre dentro de las células”, según define la Clínica Universidad de Navarra.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) cataloga la metformina como uno de los 591 medicamentos y 103 terapias equivalentes que son “esenciales” para satisfacer “necesidades prioritarias de salud”. Con la metformina está sucediendo algo parecido al caso del Ozempic, un fármaco contra la diabetes que se usa como adelgazante. Los famosos lo pusieron de moda durante el 2023 y llegó a escasear en las farmacias españolas.
El origen de este medicamento está en la planta 'Galega officinalis', conocida popularmente como galega o ruda, y bastante común en Europa y Oriente Medio. En la época medieval sirvió para tratar la micción exagerada de los diabéticos y la sudoración en los enfermos de peste. En 1922 se sintetizó su principal compuesto activo, lo que dio paso al medicamento que actualmente se comercializa.
¿Retrasa el envejecimiento en la población general?
Existen diferentes estudios que han investigado sobre los efectos de la metformina para combatir el envejecimiento en personas sanas y, a pesar de sus efectos antienvejecimiento en pacientes con diabetes tipo 2, no hay evidencia científica de que una persona sana que tome metformina habitualmente durante su vida vaya a envejecer más lentamente, según afirman desde la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).
La metformina "ayuda a la proteína a mantener esos niveles de energía de la célula", contribuye a inhibir las rutas que usan energía y, además, estimula su producción a través de un proceso que se llama autofagia, que consiste en reciclar todos los componentes celulares que ya han cumplido su función en la célula para convertirla en energía. De esta manera, la célula se mantiene joven porque no acumula residuos tóxicos, que son los responsables de enfermedades como las demencias, el cáncer o la diabetes.
Al inhibir glucosa, puede hacer que el metabolismo de sus células hepáticas cambie, por lo que los expertos advierten de que una persona sana no debe tomar metformina porque no tiene ningún desequilibrio.
La metformina contribuye al envejecimiento saludable en pacientes con diabetes
Un estudio de la Universidad de Medicina de Hong Kong, publicado en 2023 en la revista The Lancet, concluyó que la metformina tiene efectos positivos a la hora de promover un envejecimiento saludable en pacientes con diabetes. Los investigadores compararon los marcadores biológicos del envejecimiento entre pacientes que tomaban metformina y diabéticos que usaban otros fármacos.
Otro estudio realizado por investigadores de la Universidad de Cardiff en 2014 comparó el riesgo cardiovascular y la mortalidad entre pacientes que tomaban metformina, diabéticos que consumían otros medicamentos y personas sin diabetes. La investigación concluyó que aquellos pacientes que tomaban metformina como único tratamiento presentaban un 38% más de esperanza de vida que los diabéticos que tomaban otros medicamentos y un 15% más que las personas sin diabetes.
Los efectos antienvejecimiento de este medicamento en la población general necesitan más investigación
Para llegar a demostrar que la metformina ralentiza el envejecimiento en la población general, los expertos aseguran que tendríamos que dividir a la población en un grupo que tome metformina y otro que no, y estudiarlos hasta que todos se mueran. Después, habría que estudiar si la metformina ha producido un efecto positivo en el grupo tratado porque han vivido más tiempo o más sano. Una investigación que llevaría unos 40 años en llevarse a cabo.