¿Alguna vez te has mirado al espejo y notado que tu lengua ha adquirido un tono blanquecino? Puede parecer algo insignificante, un detalle fácil de pasar por alto entre la rutina diaria, pero lo cierto es que este pequeño cambio podría estar intentando decirte más de lo que crees. La lengua, ese músculo que utilizamos inconscientemente para hablar, saborear y tragar, es también un reflejo de nuestra salud. ¿Sabías que su color, textura y apariencia pueden ofrecer pistas sobre lo que está ocurriendo dentro de nuestro cuerpo?
Una lengua blanca, por ejemplo, puede ser el resultado de algo tan simple como una higiene bucal deficiente, o la señal de algo más complejo, como una infección, deshidratación o, incluso, un desequilibrio en tu dieta. Desde causas inocuas hasta indicaciones de condiciones de salud que requieren atención, entender por qué tu lengua ha cambiado de color es clave para escuchar lo que tu cuerpo está tratando de comunicar.
Por lo tanto, ¿tienes la lengua blanca? ¿Es un problema pasajero o un síntoma de algo más profundo? Te contamos todo lo que necesitas saber, para que puedas descifrar ese lenguaje silencioso y, al mismo tiempo, cuidar mejor de tu salud. Porque lo que está en tu lengua no solo afecta a tu sonrisa, también puede revelar mucho sobre tu bienestar general.
¿Por qué tienes la lengua blanca? ¿Qué significa?
Si alguna vez te has mirado al espejo y notado un tono blanquecino en tu lengua, es posible que te hayas preguntado si esto es motivo de preocupación. Aunque en la mayoría de los casos se trata de una condición leve, conocida como "lengua saburral", este fenómeno puede estar vinculado tanto a una higiene oral deficiente como a algunas condiciones médicas que no debemos ignorar.
"La saburra es la acumulación en la superficie de la lengua de moco, células muertas de las papilas gustativas, restos de comida o incluso acumulación de bacterias y hongos saprófitos (los que viven normalmente en nuestra noca)", señala Javier Mateos Delgado, especialista en Medicina de Familia y Comunitaria, y coordinador de la unidad de emergencias del Hospital de Medina del Campo, en Valladolid. "Esta saburra puede tener un significado benigno o uno menos bueno, según sea su origen", añade el especialista.
Verónica Casado Vicente, exconsejera de Sanidad en Consejería de Sanidad de Castilla y León, y médica de familia y docente universitaria y de formación especializada, explica que tener la lengua blanca suele estar relacionado con un crecimiento o inflamación de las papilas gustativas. Estas pequeñas prominencias, encargadas de ayudarnos a discriminar los sabores, pueden retener desechos, bacterias, células muertas y restos de alimentos cuando se agrandan o inflaman. Este acúmulo es lo que provoca el cambio de color en la lengua.
“Entre las papilas pueden quedarse bacterias y células muertas, lo que hace que la lengua adquiera ese aspecto blanquecino”, comenta Verónica. Aunque esta es la causa más frecuente, también existen otros factores médicos que pueden influir en esta condición.
Según Verónica, una de las principales causas de la lengua blanca es la falta de higiene bucal adecuada. “No lavarnos bien la boca es un factor crucial”, señala, y añade que un cepillado en seco, sin mojar el cepillo, podría ser más efectivo. Recomienda también cepillar la lengua con un cepillo suave, para eliminar las células muertas que se acumulan en su superficie. Si este hábito no se repite al menos tres veces al día (después de cada comida principal), puede ser normal que la lengua adopte un tono blanquecino.
Por su parte, Ignacio Bordel Nieto, médico-odontólogo en la clínica de odontología Bordel Nieto, aclara que en la mayoría de los casos, la lengua blanca no debe ser motivo de alarma. “La lengua blanca no suele ser un signo grave. En la mayoría de los casos está relacionada con una deficiente higiene oral”, afirma. Sin embargo, también menciona que en ocasiones este fenómeno puede ser un indicio de enfermedades sistémicas.
“El aspecto blanquecino se debe a la acumulación de bacterias, hongos y células muertas entre las papilas gustativas, lo que provoca su inflamación. Aunque no suele haber dolor asociado, es importante vigilar la evolución de la lengua si persiste el color blanco", añade el odontólogo.
Todos los motivos por los que puedes tener la lengua blanca
Juan Carlos Casado, presidente de la Comisión de Laringología, Voz, Foniatría y Deglución de la SEORL-CCC, afirma que, aunque la mala higiene bucal es una de las razones más comunes, no es la única. “La deshidratación, la sequedad oral, las infecciones por hongos, y afecciones más serias como la leucoplasia o el liquen plano oral pueden ser causantes de esta alteración", explica Casado. Además, problemas digestivos como la gastritis o el reflujo gastroesofágico también pueden reflejarse en la lengua.
No obstante, el experto enfatiza en que tener una buena higiene bucal es clave para prevenir la lengua blanca. "Es aconsejable cepillar o utilizar un raspador de lengua después de cada comida", señala Casado. De hecho, un hábito de limpieza inadecuado es la principal causa de este problema, algo que Ignacio Bordel también subraya: "Muchas personas creen que la higiene oral debe centrarse únicamente en los dientes, pero la lengua también necesita cuidados. Cepillarse la lengua regularmente ayuda a prevenir la acumulación de bacterias, células muertas y restos de comida que contribuyen al aspecto blanquecino".
Ignacio Bordel destaca además que la lengua blanca puede estar relacionada con condiciones médicas subyacentes. "Enfermedades hepáticas, gástricas, o déficits de vitamina B12 y hierro, leucoplasias, liquen plano oral, aftas bucales, cáncer, diabetes, afectaciones del sistema inmune, VIH, afecciones gástricas, hepáticas, piercings... Son también responsables frecuentes de esta afección. Incluso factores como el tabaquismo, el alcohol o dietas deficientes pueden favorecer su aparición", indica el odontólogo. También advierte que ciertos tratamientos médicos, como la quimioterapia o la corticoterapia, es decir, el uso prolongado de inhaladores en asmáticos, pueden propiciar el desarrollo de esta condición.
Además, aunque la lengua blanca suele estar vinculada a causas benignas, Javier Mateos advierte de que no siempre es así. “La mala higiene, deshidratación, fiebre o el consumo de tabaco y alcohol son las causas más comunes, pero siempre debemos estar atentos a otras posibles razones de mayor gravedad, como las infecciones por hongos", señala Mateos. Entre estas, destaca la candidiasis, que puede aparecer con mayor frecuencia en pacientes que toman antibióticos de amplio espectro. "En estos casos, el médico suele prescribir un jarabe antimicótico que se debe mantener en la boca antes de tragar. Con este tratamiento, la infección suele resolverse en pocos días", añade.
La lengua blanca también puede ser síntoma de otras afecciones menos frecuentes pero importantes, como menciona el doctor Juan Carlos Casado. "Enfermedades como la sífilis en su etapa secundaria, infecciones respiratorias como la gripe o un catarro, y el déficit inmunológico pueden causar una lengua blanca", advierte Casado. Verónica Casado Vicente, por su parte, añade que la sequedad en la boca también es un factor a tener en cuenta: "Las enfermedades autoinmunes que generan sequedad, el consumo excesivo de tabaco y alcohol o incluso la respiración bucal, más común en personas mayores, pueden favorecer este síntoma", comenta. La deshidratación, una causa frecuente, puede hacer que la lengua se vuelva blanca al secarse.
Factores externos: deshidratación, drogas y hábitos alimenticios
La aparición de la lengua blanca no siempre está relacionada con enfermedades, sino que factores externos como la dieta, la deshidratación y el consumo de sustancias también pueden jugar un papel clave. Mantener un equilibrio adecuado en la alimentación y una correcta hidratación es esencial para evitar este problema.
Por este motivo, Ignacio Bordel subraya la importancia de una alimentación equilibrada para prevenir esta afección. "Una dieta pobre en nutrientes esenciales como vitaminas, minerales y proteínas puede contribuir a su aparición. La falta de nutrientes debilita el sistema inmunitario y favorece la acumulación de bacterias y hongos en la lengua, lo que produce esa coloración blanquecina", explica Bordel. Asimismo, insiste en que deficiencias específicas de vitamina B12 o hierro son factores conocidos que agravan este problema.
Por su parte, el doctor Juan Carlos Casado coincide en que la dieta influye considerablemente en la salud de la lengua. "El consumo elevado de azúcares, productos lácteos, y alimentos picantes e irritantes inflaman las papilas gustativas, lo que provoca la aparición de la lengua blanca", comenta el otorrinolaringólogo. Además, destaca otros factores como la el bajo consumo de alimentos ricos en fibra, y malos hábitos alimenticios, por ejemplo, comer rápidamente sin masticar de forma adecuada, lo que contribuye a la acumulación de desechos en las papilas gustativas.
Además, Javier Mateos aporta una visión adicional sobre las dietas blandas, comunes en personas mayores. "Cuando seguimos una dieta blanda, la lengua no se frota adecuadamente contra los alimentos, lo que impide el arrastre natural de las células muertas. Esto facilita la aparición de la lengua saburral", señala.
La falta de agua también tiene un impacto directo sobre la lengua. Ignacio Bordel señala que "Nuestro cuerpo es un 90% agua, por lo que una deshidratación prolongada afecta rápidamente a la lengua, provocando una mucosa seca y, por tanto, más retentiva de residuos". Este entorno facilita la acumulación de bacterias y desechos que generan el aspecto blanquecino.
Juan Carlos Casado añade que "La deshidratación reduce la cantidad de saliva en la boca, lo que agrava la sequedad oral (xerostomía). Esta falta de humedad hace que se acumulen células muertas y bacterias en la lengua". De esta manera, el doctor insiste en que una hidratación insuficiente afecta directamente la capacidad de la lengua para limpiarse y mantenerse saludable.
Javier Mateos ofrece otro enfoque sobre la deshidratación, particularmente en personas mayores: "Con la edad, la sensación de sed disminuye y, a menudo, las personas mayores dejan de beber suficiente agua. Esta falta de líquidos provoca una lengua seca y saburral, que incluso puede descamarse al rasparla", explica. Además, la deshidratación por ejercicio físico intenso o actividades extenuantes también puede llevar rápidamente a la aparición de la lengua blanca.
Por su parte, Verónica Casado destaca que algunos alimentos y hábitos pueden inflamar las papilas gustativas, facilitando la acumulación de desechos. "Las comidas muy calientes, frías o picantes pueden irritar la lengua y generar una acumulación de restos, aunque en esos casos la lengua también puede verse roja debido a la irritación", comenta.
Por otro lado, el consumo de drogas y medicamentos también puede provocar este síntoma. Además, Juan Carlos Casado también afirma que el consumo de tabaco es un factor a tener en cuenta en la aparición de la lengua blanca. "El tabaco provoca deshidratación y el acúmulo de bacterias que contiene contribuye a la aparición de esta condición", afirma el especialista, señalando además que el tabaco es uno de los factores más comunes que favorece la acumulación de residuos en la lengua.
Por su parte, Verónica Casado hace hincapié en el impacto de las drogas en la aparición de lengua blanca: "Las drogas también pueden provocar sequedad en la boca y contribuir a la lengua blanca", explica. En cuanto al tabaco, alerta de los riesgos que este hábito conlleva para la salud oral: "Los fumadores tienen mayor riesgo de leucoplasia, que puede evolucionar a cáncer de lengua o labio. Esto se debe a las sustancias nocivas del tabaco y al calor que generan, lo cual contribuye a estas lesiones", advierte
¿Cuándo debes preocuparte por tener la lengua blanca?
Aunque la lengua blanca suele ser un problema benigno, existen ciertos signos que indican que es necesario consultar con un especialista. Según Javier Mateos, la lengua saburral, en la mayoría de los casos, "No suele producir dolor, aunque puede provocar escozor o una sensación de boca pastosa". Sin embargo, advierte de que "Si el dolor aparece o la saburra no se elimina con la hidratación y la higiene bucal, es recomendable acudir al médico para descartar patologías más graves, como enfermedades inmunitarias o infecciones, incluidas las de transmisión sexual".
Por su parte, Juan Carlos Casado recomienda consultar con un especialista si, tras adoptar las medidas necesarias, como una adecuada higiene bucal, evitar la deshidratación, el consumo de alcohol y tabaco y controlar la alimentación, el problema persiste. "Si la lengua blanca continúa o aparece una lesión ulcerosa, sería conveniente acudir a un otorrinolaringólogo", señala Casado.
En la misma línea, Ignacio Bordel considera que, aunque la lengua blanca no debe ser motivo de una preocupación seria, "Sí debe servirnos como alerta de que algo estamos haciendo mal, como no mantener una buena higiene bucal, o que existe una posible afección que necesita ser evaluada". En estos casos, aconseja consultar primero con el odontólogo y, de ser necesario, acudir a un especialista.
Finalmente, Verónica Casado Vicente destaca la importancia de estar atentos a la persistencia de los síntomas. "Si la lengua blanca dura más de dos semanas, si empeora o si te molesta al comer alimentos ácidos como el zumo de naranja, es importante consultar con un médico", afirma. Además, señala que "Si has tomado medicamentos o tienes las defensas bajas y aparecen lesiones, es recomendable buscar atención médica para determinar si se requiere tratamiento".
De este modo, la presencia prolongada de lengua blanca, el dolor asociado o la falta de respuesta a las medidas de cuidado básicas, deben ser señales de alarma que invitan a acudir al especialista para descartar causas más graves.
Prevención y tratamiento de la lengua blanca
Para prevenir la lengua blanca, la clave está en evitar factores de riesgo comunes. Juan Carlos Casado afirma que es fundamental "Evitar la deshidratación, el consumo de alimentos ricos en azúcares, irritantes, alcohol y tabaco; así como comer rápido. Además, es importante mantener una alimentación rica en fibra". También subraya que lo esencial es "Controlar la alimentación, la hidratación y el sistema inmunológico".
En cuanto a los tratamientos caseros, Casado menciona opciones como "Beber abundante agua, mantener un correcto cepillado o raspado de la lengua, y utilizar suero salino, bicarbonato o aceite de coco". Además, sugiere "Enjuagues con té verde y manzanilla, o el jugo de aloe vera, y evitar alimentos ricos en azúcares y el abuso de lácteos".
Ignacio Bordel, por su parte, insiste en la importancia de "Mantener una correcta y buena higiene oral, no solo atendiendo a los dientes, sino también a la lengua". Así, el especialista recomienda el uso de "Raspadores linguales y colutorios, bajo la indicación de un odontólogo". Sobre los remedios caseros, Bordel es claro: "Los remedios como la sal marina, bicarbonato, cúrcuma o el ajo no son la solución para nada, y lo mejor que podemos decir de ellos es que, afortunadamente, muchos no producen efecto nocivo alguno". "En casos de lengua blanca lo mejor es acudir al profesional sanitario cualificado para ello", añade el odontólogo.
Coincidiendo con Bordel, Javier Mateos sostiene que la lengua blanca "Se puede prevenir con una correcta hidratación y una adecuada higiene dental y bucal", lo que incluye "Visitas periódicas al dentista". En cuanto a los remedios caseros, reconoce que "Existen" algunos como, por ejemplo, "Infusiones de ajo, romero, tomillo, uso de probióticos o cúrcuma", pero aclara que "Ninguno cuenta con respaldo científico". No obstante, menciona que "Tampoco suelen ser perjudiciales".
Respecto a cuándo consultar a un médico, Juan Carlos Casado ofrece una lista clara de señales de alerta: "Una lengua blanca que dura más de dos semanas, dolor, inflamación o sangrado, cambios en el tamaño y textura de la lengua, o dificultad para tragar y fiebre". En estos casos, sugiere acudir a un especialista en otorrinolaringología para una valoración adecuada.
Para Mateos, es importante acudir al especialista si "No logramos resolver el problema con las recomendaciones habituales (hidratación e higiene) o si aparece dolor, o la saburra se extiende". En esos casos, indica que "El médico de familia orientará de forma adecuada, tanto en el diagnóstico como en el tratamiento".
Finalmente, Verónica Casado aclara que el tratamiento depende de la causa. "Si son hongos, se trata con antifúngicos como la nistatina; si es leucoplasia, a veces se quita o se quema; y si es cáncer o liquen plano, el tratamiento puede incluir corticoides". Además, resalta que "El mejor tratamiento casero es cepillarse bien la lengua". Para quienes usan inhaladores con corticoides, la experta recomienda "Enjuagues con agua o agua con bicarbonato, ya que el bicarbonato cambia el pH de la boca y dificulta el crecimiento de hongos", concluye.