Se trata, insiste el Ministerio de Sanidad, de crear una "cultura del calor" en todo el país. Conscientes de que el cambio climático ha modificado las condiciones térmicas de los veranos -la mitad de los días del último mes de agosto estuvieron inmersos en una ola de calor- se hace necesario adaptar los entornos al calor. Y por entorno entendemos desde la climatización de las casas hasta la actividad laboral, pasando por el diseño de las ciudades y las actividades de ocio.
Según el Instituto de Salud Carlos III, el verano actual dura cinco semanas más que a comienzos de la década de los 80 y las noches con temperaturas mínimas iguales o superiores a los 25 grados se han multiplicado por 10 desde 1984 en las diez capitales españolas más pobladas.
Hay zonas con más calor con menor impacto en la salud, están acostumbrados
Esa "cultura del calor" ya existe en algunas zonas del país habituadas a las altas temperaturas, "pero otras carecen de ella -explica Héctor Tejero, responsable de Salud y Cambio Climático del Ministerio de Sanidad- y eso es lo que explica que en algunas zonas con más calor haya menor impacto a la salud".
Lo cierto es que todos hemos notado que 35 grados en Córdoba no nos afectan lo mismo que esos mismos 35 grados en Santander o Coruña. Influye la humedad, pero también la capacidad de adaptación histórica de la población a las altas temperaturas, que ha configurado un modo de vida diferente. "Y ahora -apunta Tejero- zonas del noreste o norte peninsular, tradicionalmente con veranos más cortos y suaves y se están enfrentando a veranos más largos, más calurosos y con más olas de calor".
Teniendo en cuenta todas las condiciones, el Instituto de Salud Carlos III diseñó un mapa de isoclimáticas que divide el territorio en 182 zonas en lugar de las habituales 52 provincias. Y ha establecido unos umbrales térmicos por encima de los cuales hay relación con un aumento de la mortalidad. También en este aspecto los datos son contundentes: en 2023 en España se notificaron 3.009 fallecimientos asociados al exceso de calor.
Estas son las zonas con diferentes umbrales de riesgo por calor
Esas zonas isoclimáticas son la base sobre la que se lanzarán las alertas sanitarias cuando la temperatura supere el umbral durante tres días seguidos. Veamos algunos ejemplos:
- En Albacete, la alerta roja saltará a los 37,9 grados en la zona de Hellín y Almansa y a los 35,8 grados en la Mancha albaceteña.
- En Alicante el umbral está fijado en los 32,1 grados en el litoral sur y en los 35,2 en el interior.
- Badajoz disparará la alerta a los 39,7 grados en la siberia extremeña y a los 38,5 en el sur de la provincia.
- En Cantabria el litoral entrará en rojo a los 26,1 grados y a los 33 en la Cantabria del Ebro.
- Córdoba activará la alerta roja a los 40,4 grados en la campiña y a los 39 en Sierra y Pedroches.
- En Madrid el umbral de calor se fijará en los 34,1 grados en la sierra y en los 35,9 en el área metropolitana y el Henares.
- Barcelona activará el rojo a los 30,4 grados en el litoral y a los 33,3 en el prelitoral.
Todas las zonas isoclimáticas y sus umbrales pueden consultarse en el documento Determinación de umbrales de mortalidad por ola de calor según regiones isoclimáticas en España.
Esta información, en forma de alertas, se sumará a la que diariamente ofrece la AEMET en sus boletines e informaciones. Junto a las temperaturas esperadas, la previsión meteorológica, el estado de la mar o la radiación ultravioleta, se facilitará la alerta (roja, naranja o amarilla) cuando el exceso de calor pueda tener impacto sobre la salud de los ciudadanos.
Además, Sanidad ha activado la campaña “Un Verano de Cuidado,” que tiene como finalidad conseguir que “la población adopte unos hábitos de autoprotección y de cuidado que reduzcan el impacto del calor en su salud.”
Te proteges, les proteges
Con el lema "Protégete, hidrátate, refréscate y recuérdales" pretende concienciar a la población sobre la importancia del autocuidado, especialmente en las personas más vulnerables, como ancianos, niños, embarazadas, enfermos crónicos o personas que trabajan al aire libre en horas de calor.
Existen efectos directos del calor en la salud como los golpes de calor, la deshidratación, sarpullidos, edemas o calambres, pero también indirectos, sobre todo el agravamiento de enfermedades crónicas cardiovasculares, pulmonares, renales... y el calor se asocia también a un riesgo de parto prematuro.
Por cada grado de más sobre los umbrales de riesgo, la mortalidad asociada a las altas temperaturas sube alrededor de un 10%, "lo que significa que por cada día de episodio de calor extremo la mortalidad se incrementa, de media, en 3 defunciones al día", recuerda Antonio Cabrera, de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC).