Hay una cierta asociación de ideas que vincula los cánceres hematológicos con la tercera edad y aunque hay una parte de verdad, al revisar las cifras encontramos muchos diagnósticos por debajo de los 50 años. El dato es clave para marcar las tasas de supervivencia, que son notablemente más altas en edades más tempranas. Por ejemplo, en el caso del mieloma múltiple, uno de los de más baja supervivencia (de media el 48% a cinco años), las tasas varían entre el 82% en menores de 40 años al 27% en mayores de 74 años.
Los tumores de la sangre representan el 10% del total de diagnósticos de cáncer. Sumados las leucemias, linfomas y mielomas, se convierten en el quinto más frecuente en nuestro país, tras los tumores de mama, pulmón, próstata y colon. En 2025 las proyecciones calculan que se sumarán 25.770 nuevos casos de cáncer hematológico, una cifra que apenas sufre variación año a año.
Cáncer hematológico infantil
En el caso de los niños, se estima que en 2025 se diagnosticarán 445 casos, representando un tercio del total de cáncer infantil. En estas edades los tumores son leucemias (dos de cada tres) y linfomas (uno de cada tres). Hay mayor incidencia en niños que en niñas, aunque las cifras se igualan en supervivencia. La tasa media se sitúa en el 84,5% aunque también aquí hay diferencias que empeoran pronóstico en los niños menores de un año y en los adolescentes entre 10 y 14 donde la supervivencia es inferior.
Al hablar en general, en todo el cáncer hematológico, de supervivencia a 5 años lo primero que observamos es que las tasas son mayores en mujeres y que varían en función del tipo de tumor. Así, de media, los linfomas foliculares, la leucemia linfocítica crónica y los linfomas de Hodgkin tienen cifras que superan el 80% mientras que los linfomas linfoblásticos, los difusos de células B grandes y de células del manto están por debajo del 60%. El mieloma múltiple es el que tiene peor pronóstico, con supervivencia media a cinco años del 48%.
Estos resultados podrían dar un vuelco cuando empiece a notarse el impacto de los nuevos tratamientos como las terapias CAR T o los anticuerpos bioespecíficos que están permitiendo a los hematólogos, por primera vez en la historia, hablar de curación de pacientes. "Sin embargo -apunta María Victoria Mateos, presidenta de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH)- es posible que estos resultados no se trasladen con la misma rotundidad en los pacientes más mayores, que presentan comorbilidades, que son más frágiles y por tanto no resultan candidatos idóneos para los nuevos tratamientos.
Retrasos de casi 700 días en la llegada de los nuevos medicamentos
Y a esto hay que añadir el retraso que acumula España en la incorporación de los fármacos innovadores a la cartera del Sistema Nacional de Salud. "22 meses de demora media -se queja la doctora Mateos- desde que un medicamento hematológico recibe la autorización de la Agencia Europea del Medicamento hasta que llega a los pacientes. Y un tercio de ellos encima llega con restricciones, con lo que no se puede aplicar en todos los casos".
Los cánceres de sangre se dividen en tipo linfoide o tipo mieloide, según dónde se originen. Entre los primeros los de mayor incidencia serán, en 2025, el linfoma difuso de células B grandes (27%) y el mieloma múltiple (22%). Entre los segundos las neoplasias mieloproliferativas (39%), la leucemia mieloide aguda (27%) y los síndromes mielodisplásicos (24%).
Aunque la prevención es importante cuando hablamos de cualquier proceso oncológico o hematológico y por tanto los hábitos de vida saludables son un elemento de primer orden como prevención primaria, muchos de los cánceres de la sangre se manifiestan de forma aguda, por lo que la prevención secundaria, por ejemplo en forma de cribados, no resulta útil.
Todos los datos de incidencia y de supervivencia proceden del grupo de investigación HematoREDECAN, que recopila informes de los registros provinciales. Junto a los de tumores infantiles (RETI) representan cifras que cubren el 26% de la población española y el 64% de la población infantil. Y desde ahí se hacen proyecciones para extrapolarlos al resto del territorio.