Aunque el primer uso del término inteligencia emocional (IE) se atribuye a Wayne Payne -que lo cita en su tesis doctoral basada en un estudio sobre las emociones publicado en 1985- esta expresión ya había aparecido mucho antes en otros escritos que salieron a la luz en 1964 y 1966.
Sea como fuere, no son pocos los que han estudiado este aspecto cognitivo que grosso modo se centra en la capacidad de las personas para identificar sus propias emocionas, las de los demás, saber qué se siente y cómo se siente... En definitiva, todos tenemos diferentes niveles de IE. Por este motivo, a veces conviene fijarse más en aquellos que cuentan con una alta gestión de sus emociones. Al fin y al cabo, aprender por repetición es otra forma de crecer.
Si bien es cierto, no es fácil identificarlos y llegar a conocer a las personas que están a nuestro alrededor, la ciencia explica que hay ciertas señales que, por lo general, suelen ser comunes en todos aquellos con gran IE. Así lo explica el psicólogo Adam Grant.
Procrastinación estratégica
Estas personas son capaces de lograr un equilibrio entre hacer las cosas y posponer las cosas. Es decir, tienen la habilidad de retrasar lo suficiente las tareas para permitir que su mente subconsciente y su lado creativo propongan ideas y soluciones únicas para cualquier tarea que enfrenten.
Gran detalla que "la procrastinación te da tiempo para considerar ideas divergentes, aprender y reflexionar sobre los reveses y luego incorporar esas lecciones en tu trabajo final".
Aprecio por la ambigüedad
Son personas capaces de apreciar y tolerar la ambigüedad en diferentes ámbitos. Gestionan bien cualquier cambio de rumbo, el fracaso o cualquier incertidumbre que se le presente en la vida. Obvio, no están seguros del futuro, pero por eso mismo, se vuelven más conscientes de sí mismos.
Lectura no verbal aguda
Hay gente con la habilidad de leer a las personas, ya que prestan mucha atención al lenguaje corporal y a las señales no verbales para comprender mejor a los demás y conectarse con ellos.
También hacen esto para detectar amenazas y detectar amigos o enemigos cuando se encuentran en una situación nueva o incierta. Eso es enormemente útil, no solo para la vida personal; sino también la laboral.
Hacer una pausa antes de reaccionar ante situaciones
Uno de los rasgos que puede hacer que sea difícil notar a una persona con una inteligencia emocional alta, es que no necesariamente muestra los síntomas externos que la gente asocia con un individuo "sensible" o "emocional".
Incluso, a veces puede parecer demasiado estoico o incluso insensible por naturaleza. Lo cierto es que suelen ser personas que están haciendo tremendos esfuerzos por no dejarse llevar por la impulsividad o que reaccionan de forma más temperamental.
Micromeditación y breves descansos
Estas personas tienden a hacer pausas breves y conscientes a lo largo del día y a participar en "micromeditación" o pequeñas sesiones de meditación durante estas pausas. El objetivo es restablecer y controlar el estrés. Hay estudios que señalan que solo cinco minutos de meditación son suficientes para mejorar la frecuencia cardíaca y reducir los aspectos negativos.
Curando emociones con listas de reproducción
Tienen la costumbre de utilizar listas de reproducción específicas para cambiar o mejorar conscientemente sus estados emocionales. Por ejemplo, una persona con inteligencia emocional alta, si se siente triste y quiere analizar esa emoción, pondrá música que le estimule y le explore. Profundizarán en su significado y en lo que sienten cuando la escuchan.
Objetos antropomorfizantes
Esta acción es algo que la gente ha hecho desde el principio de los tiempos y nuestras primeras culturas. Consiste en atribuir características y emociones humanas a cosas no humanas como animales u objetos naturales.
Tal y como detalla Pshychology Today, aglunas personas son más propensas a antropomorfizar que otras; pero es una forma común de percibir e interactuar con el mundo.
Sintonizarse con el medio ambiente y comunicarnos con él (biofilia)
El individuo emocionalmente inteligente es un maestro en conectarse con su entorno y beneficiarse de él.
Esto incluye cosas como ajustar el entorno (iluminación, aromas, sonidos) para influir en el estado de ánimo y la productividad. La biofilia se traduce literalmente por "amor a la vida", que es una especie de fascinación por la naturaleza, lo que hace que surja la necesidad innata de interactuar con otras formas de vida.
Límites autoimpuestos en las redes sociales
Estas personas son propensas a la metacognición y la autorreflexión. Les gusta profundizar en sus propias emociones, identidad y realidad y, como resultado, estar más seguros de lo que quieren hacer con su vida.
Adoptar perspectivas e identidades no convencionales
Las personas con un nivel alto de inteligencia emocional tienden a desafiar deliberadamente sus propios puntos de vista para fomentar una mayor comprensión y empatía.
Reencuadre narrativo
el individuo altamente inteligente emocionalmente tiene la práctica de replantear su narrativa. Insisten en ser autores de su propio guion y en reescribir narrativas personales para resaltar el crecimiento y el aprendizaje de experiencias pasadas.