Operarios del cementerio de Sidi Salem, en las afueras de la localidad marroquí de Nador, fronteriza con Melilla, preparon ayer las fosas donde las autoridades de Marruecos van a enterrar hoy a los migrantes muertos durante el intento masivo de acceso del pasado viernes a la ciudad española del norte de África.
No se ha identificado a los muertos
El intento de acceso de alrededor de 2.000 personas a Melilla, el más numeroso y violento registrado en los últimos años, se saldó con 23 personas muertas, según las autoridades de Nador, y con decenas de heridos, de los cuales 18 permanecen ingresados en hospitales.
La Asociación Marroquí de Derechos Humanos denuncia que no se han practicado autopsias, ni identificado a los muertos, y que se retuvo durante horas a varias decenas más de heridos sin ofrecerles ayuda. La mayoría de quienes consiguieron cruzar a Melilla son jóvenes subsaharianos de unos 20 años que vienen de Chad, Niger, Eritrea o Sudán.
Sánchez defiende la actuación de la policía marroquí
Las ONG denuncian el intento, burdo, de las autoridades marroquíes de ocultar lo ocurrido y, en efecto, el Gobierno de Mohamed VI ha decretado el apagón informativo.
Por su parte, Pedro Sánchez ha defendido la actuación de la policía marroquí y ha declarado que se trató de una agresión a nuestra integridad territorial organizado por las mafias.
El número de víctimas mortales podría ser mayor
Varias ONG de ayuda a migrantes han exigido a las autoridades españolas y marroquíes una investigación de lo sucedido, y han situado los fallecidos en 37. Del mismo modo, han reclamado vías legales y seguras para las personas que buscan migrar desde sus países y llegar a Europa, así como han pedido que "no se devuelva" a quienes sí lograron cruzar la frontera en la ciudad autónoma.