UNICEF señala que millones de estas vidas podrían salvarse cada año, si todas las madres y todos los bebés tuvieran acceso a servicios de salud asequibles y de calidad, una buena nutrición y agua potable.
La realidad demuestra que dar a luz con asistencia médica mejora sustancialmente estas cifras. Un ejemplo de ello es Etiopía, en la región de Benishangul-Gumuz, al noroeste del país.
El Doctor Yibeltal Alem, del Hospital General de Assosa, habla de los graves riesgos de dar a luz en casa y señala que "dar a luz en casa, incremente significativamente el riesgo de contraer infecciones. Casi siempre los bebés que nacen en casa, terminan contrayendo alguna enfermedad".
En esta región de Etiopía, UNICEF ha llevado a cabo una acción especial. Contra todo pronóstico -y a pesar de las altas tasas de mortalidad neonatal a nivel nacional-, en este área se ha conseguido reducir esa cifra casi un 50% entre los años 2000 y 2016. Se ha logrado pasar de 65 a 35 muertes por cada 1.000 nacidos vivos. La mejora, explican los responsables de UNICEF, se debe en parte al aumento del número de mujeres que dan a luz a sus bebés en centros de salud, y no en sus casas.
El informe de UNICEF aborda los desafíos que supone mantener vivo a cada niño y exige una cooperación sólida entre gobierno, empresas, proveedores de servicio de salud, comunidades y familias. Se trata de ofrecer a los recién nacidos, una oportunidad justa de sobrevivir, y trabajar colectivamente para lograr la cobertura universal de salud. En definitiva, un mundo en el que ningún recién nacido muera por una causa prevenible.