Casi simultáneamente, los equipos que han participado en el rescate también abandonaban la zona de los trabajos, entre ellos los ocho mineros que durante más de 30 horas han buscado a Julen y que han partido en un coche de la Guardia Civil.
El cuerpo sin vida de Julen Roselló estaba atrapado en un túnel de 25 centímetros de diámetro y 107 metros de profundidad perforado para realizar sondeos de agua.
El rescate se considera el más complejo que se ha acometido en España, ya que decenas de máquinas, perforadoras y excavadoras han removido cerca de 83.000 metros cúbicos de tierra para excavar un pozo paralelo que llegase hasta el pequeño.