DÍA MUNDIAL PARA LA PREVENCIÓN DEL SUICIDIO

Ante el abismo del suicidio, la esperanza de los supervivientes: "Mi mayor fracaso es mi mayor victoria"

El suicido se encuentra entre las 20 principales causas de muerte a nivel mundial. La conducta suicida es responsable de más de 800.000 muertes al año, lo que equivale a un suicidio cada 40 segundos.

👉 La importancia de hablar del suicidio

📌 Medidas para prevenir el suicidio

Miriam Méndez

Madrid | 10.09.2023 12:53

Ante el abismo del suicidio, la esperanza de los supervivientes: “Mi mayor fracaso es mi mayor victoria”
Ante el abismo del suicidio, la esperanza de los supervivientes: “Mi mayor fracaso es mi mayor victoria” | Pixabay

“Con cuatro años ya me insultaban, me vejaban y por aquel entonces aún nadie me pegaba. Algunos adultos no usaban mi nombre y desde luego sus hijos iban a seguir el ejemplo. En mi barrio ya era toda una diana y las cosas con el tiempo no fueron a mejor”, cuenta Luis Díaz.

“Fue con ocho años cuando empecé a sufrir abusos físicos de manera habitual. Anteriormente eran ocasionales, alguna colleja, bofetón, patada… Pero no tardé en recibir mis primeras dosis de estrangulación o los primeros latigazos con ramas de un sauce llorón. En consecuencia, empecé a tener ansiedad y terrores nocturnos”, continúa. “Imagina a un ser humano tan deshumanizado y automatizado, que hasta les dice a sus maltratadores como tienen que maltratarlo, para no dejar huellas ni marcas”, solloza.

Lejos de mejorar, su adolescencia fue una época todavía más dura y compleja, ya que, después del acoso escolar, relata, llegaron los abusos sexuales. “Un horrible día me llevaron al baño y me mostraron una cara del ser humano que nunca olvidaré: me violaron. Tenía 14 años. A partir de este momento, fue víctima de violación en muchas ocasiones”, añade.

Por este motivo, tras más de una década de acoso escolar extremo que derivó en abuso sexual, truncó su futuro y le provocó disociación, agorafobia, fobia social y trastorno de estrés postraumático, Luis intentó, sin éxito, quitarse la vida con 24 años. “Solo había conocido el sufrimiento, por este motivo, pensé que la única salida era desaparecer”. Sin embargo, tuvo la fortuna de vivir y ahora sabe la importancia de conservar la esperanza.

“En ese momento no eres capaz de verlo y piensas que el sufrimiento no va a terminar nunca”, se sincera Beatriz Sanz, que, durante su adolescencia, también pensó que el suicidio era la única salida a su profundo dolor. Ahora tiene 22 años y cuenta que comenzó con episodios de ansiedad, tristeza profunda e, incluso, intentos de suicidio.

"Empecé a experimentar síntomas de ansiedad y profunda tristeza, e incluso pensamientos relacionados con la muerte. La primera vez que lo sentí, me asusté mucho. Imaginaba que, si cruzaba la calle en ese momento, un coche podría atropellarme y todo terminaría. De hecho, llegué a pensar que mi pérdida no afectaría a nadie, ni siquiera a mi familia”, relata la joven, que admite seguir teniendo con cierta frecuencia pensamientos suicidas.

“Superar el sentimiento de estar atrapado en un callejón sin salida es un proceso largo y complicado”, sostiene la psicóloga Cristina Martínez. “Los pacientes creen que esa situación que están viviendo es imposible de abarcar y quieren alejarse de ella”, continúa. La experta explica que los pacientes se sienten incompetentes, frustrados y con la sensación de que no hay solución al problema que tienen delante, es decir, sin recursos para poder gestionar dichas situaciones.

Récord de suicidios en España: 4.097 suicidios al año

Según los datos del informe 'Defunciones según la Causa de Muerte', publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), 4.097 personas se suicidaron en España en 2022. Esto supone un aumento del 2,3 por ciento respecto al año anterior, lo que conlleva una media de 11 personas al día. De acuerdo con la plataforma Stop Suicidios, se trata del tercer año que aumentan las incidencias, con un predominio en hombres en el 75% de los casos.

Además, el informe del Observatorio del Suicidio en España, publicado por la Fundación Española para la Prevención del Suicidio, observó una notable alza en los suicidios de menores de 15 años, alcanzando 22 casos, duplicando la cifra del año anterior y, preocupantemente, reportando ocho suicidios en niñas de esa franja etaria. Para los jóvenes de 15 a 29 años, el suicidio se ha convertido en la principal causa de muerte, con 316 casos anuales, sobrepasando las fatalidades por accidentes de tráfico y tumores. Además, 999 personas mayores de 70 años se quitaron la vida en 2022.

Generalmente, el suicidio ostenta el título de principal causa de muerte no natural en España, superando ampliamente a otras causas como accidentes de tráfico y homicidios. Estimaciones indican que, por cada suicidio, existen alrededor de 20 intentos, y un significativo porcentaje de la población podría experimentar ideación suicida en algún momento de su vida.

Situación que también se refleja a nivel mundial, ya que, según datos de la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio, este se encuentra entre las 20 principales causas de muerte en el mundo para personas de todas las edades. Por lo tanto, el suicidio es responsable de más de 800.000 muertes al año, lo que equivale a un suicidio cada 40 segundos.

Ante estos datos, Cristina Martínez explica que sufrir abuso sexual infantil es uno de los principales motivos que puede desembocar en conductas suicidas. “Provoca una sensación de desprecio hacia uno mismo, culpabilidad y asco que desembocan en autolesiones, ideaciones suicidas e, incluso, intentos de suicidio”, cuenta. La psicóloga también identifica entre los detonantes el bullying o acoso escolar, que define como “conductas agresivas físicas (peleas) o psicológicas (insultos, burlas) hacia otros por alguna característica concreta de la víctima o color de piel. “Es un proceso que se va desarrollando con el tiempo hasta que la víctima no puede más, y recurre al suicidio”, añade.

Por su parte, Paloma Gómez, especialista en salud mental, sostiene que, entre todos los factores que interaccionan en el suicidio, la depresión es el más frecuente y significativo. Además, la experta explica que la conducta suicida incluye los siguientes términos:

  • Suicidio consumado: con resultado de muerte.
  • Intento suicida: se trata de un acto autolesivo con intención de provocar la muerte. Aunque puede dar lugar a lesiones, no resulta mortal.
  • Ideación suicida: son aquellos planes, pensamientos y actos preparatorios relacionados con el suicidio.

Ambas especialistas también hacen referencia al ciberacoso y advierten del peligro de las redes sociales e internet, especialmente de cara a la población joven. Sin embargo, alertan de que estas plataformas también “pueden ser un medio de apoyo excelente”. “Las personas con comportamiento suicida suelen hacer uso de internet buscando apoyo y estrategias para afrontar el sufrimiento, derivado de los pensamientos suicidas, la tristeza, la soledad y la ansiedad”, añade la psiquiatra.

Señales de alerta e intervenciones más efectivas para prevenir el suicidio

A pesar de las complejas y múltiples causas que pueden llevar a alguien a considerar esta opción irrevocable, las expertas resaltan con claridad: "es posible prevenir el suicidio". Para ello, ambas destacan la importancia de prestar atención a todas aquellas señales que puedan conllevar un posible intento de suicidio.

Concretamente, Martínez identifica dos síntomas muy claros que, habitualmente, son comunes en trastornos como la depresión. En primer lugar, la abulia, que se trata de la falta de voluntad o de energía para hacer algo y, en segundo lugar, la anhedonia, que implica la pérdida del placer por realizar actividades de la vida que antes nos solían gustar.

Paloma Gómez también identifica las siguientes señales de alerta: el deseo de morir, el sentido de la culpabilidad y de ser una carga, la búsqueda e investigación de diversas formas de suicidio, el consumo de pastillas y drogas con mayor frecuencia, despedirse de amigos y familiares como si fuese la última vez, y la depresión y desesperación.

En este contexto, Martínez señala que la forma más efectiva de prevenir el suicidio es concienciar a los niños desde pequeños en lo que verdaderamente implica tener una conducta suicida y, sobre todo, que dispongan de ayuda, si así la requieren, en los centros educativos. “En los colegios e institutos se deben implementar charlas sobre el suicidio. Resulta fundamental indicar a los niños y a los jóvenes los medios de los que disponen para pedir ayuda”, cuenta. “También existen líneas telefónicas activas durante las 24 horas del día, los 365 días del año, a las cuales pueden acceder todas aquellas personas con ideaciones o pensamientos suicidas (telf. 024)”, añade.

Por su parte, Gómez añade que existen centros especializados, tanto para mayores como para adolescentes, donde se encargan de ofrecer atención preventiva, mantenimiento de la salud, rehabilitación y actividades formativas y de ocio. “En los centros de Atención Primaria también les orientan sobre los diversos programas de ayuda que existen tanto para los pacientes como para las familias”, añade la especialista en salud mental.

La importancia del testimonio de los supervivientes de suicidio

A los 16 años, Luis Díaz se encerró en su cuarto durante un año y medio y perdió el habla por completo. Desde muy pequeño había comenzado a sufrir acoso escolar. Más tarde, llegaron los abusos físicos y sexuales que, además de dejarle múltiples secuelas psicológicas, le ocasionaron un 50% de minusvalía permanente. Tenía una vida que "ni podía ni quería vivir" e intentó suicidarse a los 24 años. "Tuve la suerte de que no se me dio muy bien. Pienso que mi mayor fracaso ha terminado siendo mi mejor victoria". Tanto es así que, ahora, la carta que dejó de despedida es el comienzo de su libro: Las inefables aventuras o como un loco resultó estar cuerdo (2021).

Díaz fue a su primer psicólogo con 6 años, pero lleva 21 a sus espaldas, cuatro psiquiatras e innumerables horas de terapia. "Aunque el camino es largo y complicado, hay esperanza", sobre todo para personas que han vivido situaciones tan extremas como a las que se enfrentó durante 12 años.

Por este motivo, habla sobre la dificultad de ver más allá del sufrimiento: "A alguien que solo ha conocido la adversidad del mundo, ¿cómo podemos mostrarle que existen otras salidas?". La respuesta, reconoce, a veces puede estar en contar con el ejemplo de un superviviente de suicidio. De hecho, Luis ha convertido sus vivencias en su profesión, y, actualmente, participa en grupos de apoyo con el objetivo de ayudar a todas aquellas personas que se encuentren en esta situación.

Beatriz Sanz, por su parte, confiesa continuar en este camino oscuro, difícil y que casi le cuesta la vida. Sin embargo, reconoce ver luz a final del túnel. “Es esencial mantener la confianza. Aférrate a la esperanza, a quienes te rodean y a los expertos, porque, aunque en los momentos más oscuros pueda parecer difícil de creer, el dolor eventualmente disminuirá. No dudes en buscar ayuda y confiar en aquellos que pueden brindártela”, concluye.