El joven británico Aditya Verma, de 19 años, jamás se imaginó que una broma de humor negro enviada a través de un grupo privado de Snapchat le podría enfrentar a una multa de más de 100.000 euros, ni que un mensaje inocente provocaría que el Ejército español movilizase un F-16 para afrontar una hipotética amenaza yihadista. "De camino a volar el avión (soy miembro de los talibanes)": este mensaje, acompañado de una fotografía, fue enviado por el joven de origen el pasado 3 de julio de 2022, antes de embarcar en su vuelo a Menorca desde el aeropuerto de Gatwick, en Londres.
A pesar de su contenido inquietante, el mensaje tan solo era una broma que el joven envió a un grupo privado de Snapchat que compartía con siete compañeros de la escuela: sin embargo, la captación de este mensaje por parte de la inteligencia de Reino Unido desencadenó una serie de acontecimientos que pusieron en alerta a las autoridades británicas y españolas: un avión Eurofighter del Ejército español despegó y escoltó al avión comercial de Easyjet hasta su aterrizaje en Menorca, donde el joven Verma fue arrestado e investigado. El joven no mostraba indicios de radicalización, y viajaba a Baleares en el contexto de un viaje realizado con otros estudiantes para celebrar el final de los exámenes.
Absuelto de pagar una cuantiosa cantidad
Después de descartar que el joven hubiese estado planeando realmente un atentado yihadista, la Fiscalía y la Abogacía del Estado solicitaron condenar al joven a pagar 22.500 euros por provocar desórdenes públicos, y abonar también otros 94.782 euros para costear los recursos invertidos por el Ejército del Aire para hacer despegar el avión. 2 años después del suceso, el joven británico ha quedado absuelto por la Audiencia Nacional.
El juez José Manuel Fernández Prieto, encargado del caso, ha afirmado que "no se revela ni se infiere remotamente una intención de provocar la movilización del Ejército, ni de cualquier otro servicio de Policía, asistencia o salvamento", y ha argumentado que Verma no podía imaginar que su mensaje podía ser interceptado o difundido más allá del grupo privado de amigos al que lo envió.
Una broma que llegó demasiado lejos
Este mismo argumento empleó el joven después de ser detenido hace dos años, tal y como indica el Diario de Ibiza: "No pensé en ningún momento en asustar a las personas de ese vuelo porque el grupo era privado y ese mensaje no debía llegar a nadie más", afirmó el joven que, al igual que el juez Fernández Prieto, reconoce que no sabe como los servicios de inteligencia pudieron tener constancia de la macabra broma, que no parece haber sido filtrada ni publicitada por ninguno de los otros participantes del grupo.
Pocos días después del suceso, el Diario de Ibiza recogió también el testimonio del piloto, que pensó que el avión militar que voló junto a la aeronave de EasyJet tenía el objetivo de escoltar a los pasajeros en un contexto de incertidumbre, provocado por el reciente estallido del conflicto entre Rusia y Ucrania.