"Los abusos del hermano Andreu responden a un modo de vida, a un patrón repetitivo sin arrepentimiento, ni propósito de cambio, ni admisión de la culpa", lo que ve como doloroso, totalmente censurable e incriminable, ha concluido el informe.
Relata que el correo electrónico que abrió la comisión recibió un total de 12 denuncias, la última a fecha de 27 de febrero, y todas se refieren al monje Soler, siendo la mayoría menores de entre 15 y 17 años con relatos muy similares. El monje se acercaba a los menores "para ganarse su confianza y así poder abusar sexualmente de él", ya sea en una ocasión o repetidos en el tiempo, y en algún caso constatan violencia física, mientras que en otros fue un intento porque el niño lo logró evitar.
La comisión ha visto necesario realizar un acto público de reconocimiento y petición de perdón, aunque reconoce que el padre Josep Maria Soler cumplió con la petición de perdón y reconocimiento de los hechos en una misa en febrero, mientras que también recomienda un protocolo de protección a menores en el Monasterio que incluya la figura de Delegado de protección.
En un comunicado este viernes, la comunidad de Montserrat y el abad Soler han afirmado que hacen suyo este informe: "Ante estos casos vergonzosos de abusos a menores cometidos por miembros de nuestra comunidad, pedimos perdón a todas las víctimas y nos ponemos a su disposición", a la vez que ha manifestado su compromiso de lucha contra esta problemática social.
Siguiendo las recomendaciones de la comisión, están elaborando el plan de protección de menores que mejorará la prevención y detección, y "en breve" nombrarán al Delegado que recomienda el informe, mientras que pondrá en conocimiento de Fiscalía, el Síndic de Greuges y los organismos competentes de la Santa Sede y la Congregación benedictina estas conclusiones.
Miguel Ángel Hurtado, el primer 'exscout' en hacer públicos los presuntos abusos, ha afirmado en un comunicado que "existen serias dudas sobre la validez de las conclusiones del informe", tanto en el número total de víctimas, como de agresores, así como con la responsabilidad institucional de la abadía, al ver deficiente la metodología de investigación.
Ha vuelto a pedir la dimisión del actual abad de Montserrat y ha acusado a la comisión de tratar de "minimizar el daño reputacional de la institución".