La Consejería de Educación ha abierto una investigación para tratar de esclarecer por qué una profesora decidió someter a 23 alumnos de un instituto de Gran Canaria al test del glucómetro sin supervisión sanitaria y con la misma aguja, sin esterilizar.
Los padres de los alumnos están indignados y asustados por las consecuencias que este acto puede tener. Ahora los menores deben someterse a pruebas cada seis meses para descartar cualquier tipo de enfermedad contagiada a través de la aguja.
La prueba se llevó a cabo durante una jornada sobre la diabetes en la que se trataba de dar a conocer más información sobre esta enfermedad.
El director del instituto, por su parte, ha explicado que pese a que los hechos sucedieron hace alrededor de un mes, él no se enteró hasta el pasado viernes, día en que pidió explicaciones a la profesora que estaba al cargo de la clase.
La profesora alega que pensó que la aguja se cambiaba automáticamente y subraya que ella misma se sometió a la prueba, al no tener conocimiento de que había que cambiarla.
Desde el centro quieren restar importancia a los hechos porque aseguran que no les ha pasado nada a los niños, sin embargo los padres piden depurar responsabilidades.