La Guardia Civil continúa investigando el crimen de Morata de Tajuña, donde hace tan sólo unos días aparecieron los cadáveres apilados y parcialmente quemados de tres hermanos -de 68 y 70 años-, muy conocidos en la zona por los vecinos y que ha supuesto un auténtico shock en la localidad madrileña.
Las incógnitas siguen siendo muchas, sobre todo a raíz de que los investigadores confirmasen que la principal hipótesis con la que trabajan es el asesinato por ajuste de cuentas después de haber caído en una estafa amorosa.
Estafa amorosa
Según habrían explicado conocidos de la familia, las hermanas conocieron hacía un lustro a dos supuestos militares con los que entablaron una pseudorelación sentimental. Tiempo después, uno de los dos supuestos militares informó de que el otro había fallecido y pidió a las hermanas una cantidad de dinero para poder cobrar una herencia.
A raíz de aquí se sucedieron las peticiones de cada vez más dinero. A pesar de las advertencias de amigos y conocidos, las hermanas parece que seguían sosteniendo que la relación era auténtica, por lo que la Guardia Civil trabaja con la hipótesis de que, para seguir pagando a la supuesta pareja, la familia pidió dinero a quien no debía y el asesinato sería fruto de un presunto ajuste de cuentas por una deuda no cobrada.
"Las hermanas podrían haber llegado a dar 400.000 euros"
Uno de los amigos de la familia, Enrique Velilla, ha conversado con 20 minutos para explicar que las hermanas llevaban años siendo estafadas por dos falsos militares estadounidenses destinados en Afganistán: "No querían oír la palabra estafa porque para ellas todo era verdad".
Según sus cálculos, las hermanas podrían haber llegado a entregar hasta 400.000 euros a los estafadores y revela que a él mismo le pidieron "18.000 euros en dos ocasiones", pero se negó a dárselo.
Otros conocidos de la familia también han declarado a varios medios de comunicación que a ellos también les habrían pedido ingentes cantidades de dinero para dárselas a los falsos militares, pero que no hacían caso de los avisos que les daban de una posible estafa. En una ocasión, incluso, llegaron a darles un piso que tenían en Ciudad Lineal.