Según el informe 'Impacto de la Tecnología en la Adolescencia. Relaciones, Riesgos y Oportunidades', que entrevistó a 40.000 jóvenes de entre 11 y 18 años y que se publicó en 2022 por UNICEF España, la mitad de los encuestados (52,40%) admite conectarse a Internet a través de su teléfono inteligente con una asiduidad de entre 10 minutos y una hora.
Por el contrario, un 31,30% únicamente interacciona con este dispositivo cada vez que recibe una nueva notificación de mensaje o llamada, y un 14,79% afirma sumarse a la red con una continuidad superior a una hora.
La investigación sostiene que los menores comienzan cada vez desde edades más tempranas a utilizar móviles con acceso a Internet. De hecho, la edad media para tener el primer teléfono son 11 años. Sin embargo, el hecho de estar conectados constantemente puede predisponer a situaciones de dependencia y adicción.
Esta adicción, denominada nomofobia, consiste en la preocupación irracional de estar sin el teléfono móvil o desconectado de Internet. Se trata de un fenómeno que ha ganado relevancia en años recientes, y que ha sido impulsado por la accesibilidad generalizada de los smartphones y el crecimiento de las redes sociales. La nomofobia presenta síntomas similares a los de una adicción o ciertos trastornos de ansiedad, entre los que se encuentran:
- Sensación de ansiedad.
- Inquietud o agitación.
- Sudoración excesiva.
- Sensación de desorientación.
- Alteraciones en la respiración.
- Taquicardia, caracterizada por un ritmo cardíaco acelerado.
¿Cuáles son las causas de la nomofobia?
Según un estudio publicado en BMC Psychiatry, los adolescentes son los principales afectados por la nomofobia, aunque puede influir en cualquier grupo de edad. Michele Leno, psicóloga clínica y anfitriona del programa "Mind Matters with Dr. Michele", menciona que una causa significativa de la nomofobia es la dependencia que hemos desarrollado hacia nuestros móviles.
"Los móviles se han convertido en extensión de nosotros mismos, actuando como pequeñas computadoras. Los empleamos tanto para asuntos laborales como para mantenernos en contacto con seres queridos", comenta Leno en una entrevista para CNBC Make It.
La experta también explica que, al no poder acceder a ellos inmediatamente, surge una sensación de ansiedad, alimentada por la idea de que podríamos estar perdiéndonos algo. "Nos hemos habituado a pensar que nuestros teléfonos son la llave para estar conectados con todo, en todo momento", añade.
Por su parte, Blair Steel, psicóloga clínica licenciada, señala que algunas personas tienen una mayor predisposición a sufrir de nomofobia. Los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer este trastorno incluyen:
- Tener ansiedad previa.
- Poseer baja autoestima.
- Enfrentar dificultades en la regulación emocional.
- Tener estilos de apego inseguro.
- Carecer de relaciones personales sólidas.
Leno indica que, una vez que alguien establece una relación insana con su teléfono móvil, esto puede tener repercusiones negativas en diferentes facetas de su vida. De hecho, de acuerdo con la especialista, la nomofobia puede mermar la capacidad de concentración, impidiendo finalizar tareas, ya sea en el ámbito laboral o académico.
La psicóloga también destaca el impacto de esta condición en las relaciones interpersonales: "Estar constantemente distraído es dañino para las relaciones", comenta. "Estamos comprometiendo la calidad y el potencial bienestar de nuestras relaciones, otorgando una prioridad desmedida a nuestros teléfonos".
¿Es posible combatir la nomofobia?
Combatir la nomofobia es una tarea alcanzable. Si sospechas que este problema te afecta, aquí hay algunas estrategias recomendadas por Leno y Steel para reducir la dependencia de tu teléfono:
- Permítete momentos de descanso sin la compañía de tu móvil.
- Intenta alejarte de tu teléfono durante al menos una hora al día. Si te ayuda, incluso podrías apagarlo.
- Cuando salgas a la tienda o asistas a eventos, considera dejar el móvil en casa o guardarlo.
- Utiliza un reloj convencional para ver la hora, en vez de recurrir siempre a tu teléfono.
- Usa una agenda física o un calendario para anotar eventos importantes.
- Encuentra hobbies que te motiven a estar alejado del móvil y a desconectar.
- Investiga más sobre la nomofobia, para reconocer los síntomas y factores desencadenantes.
- Cuestiona tus pensamientos negativos asociados a estar sin móvil. Convéncete de que estarás bien incluso si no lo utilizas por un rato.
- Practica técnicas de atención plena, como la meditación y ejercicios respiratorios, para gestionar la ansiedad.
- En situaciones extremas, no dudes en buscar asesoramiento o ayuda profesional en salud mental.