Desde este miércoles y hasta el próximo día 16, más de 200.000 alumnos de toda España se enfrentarán a la que será la última Selectividad. Y es que, salvo sorpresa, la LOMCE eliminará la PAU e introducirá una prueba final de Bachillerato, más conocida como "reválida" porque los alumnos tendrán que superarla para obtener el título. Esta condición entrará en vigor a partir de 2018, ya que el curso que viene la prueba no tendrá efectos académicos.
En la práctica, el sistema será muy similar al que ya existía: finalmente no se realizará el test de 350 preguntas que planteó el exministro José Ignacio Wert, sino que serán cuestiones sobre cinco asignaturas troncales, dos de opción y una específica. El Ministerio de Educación controlará el marco legal y el diseño global de la prueba. Las Comunidades Autónomas se encargarán de las preguntas concretas, así como de las fechas de examen y revisiones.
A los rectores de las universidades les hubiera gustado mantener la Selectividad. "Era un buen sistema que nos permitía no romper el distrito único por el que uno se examina de la PAU en una universidad y puede cursar sus estudios en cualquier centro español", dice en Onda Cero el presidente de CRUE Universidades Españolas. Segundo Píriz cree que las universidades no harán pruebas de acceso adicionales a la reválida, como permite la LOMCE.
Fuentes del Ministerio de Educación señalan a Onda Cero que el cambio en el sistema de acceso a la universidad se enmarca dentro de la LOMCE. Insisten en que el objetivo sigue siendo mejorar la calidad del sistema educativo y reducir el abandono temprano.