Ya sea un ventilador de techo, colocado en una mesa o al pie de la cama, estos dispositivos proporcionan un alivio localizado al tiempo que emiten un sonido constante que resulta relajante para algunas personas. Sin embargo, debemos tener precaución, ya que ambos aspectos pueden tener consecuencias negativas, a pesar del placer aparente que puedan brindar.
Los riesgos de tener encendido el ventilador durante toda la noche
El aire frío reseca las mucosas de las vías respiratorias y favorece el ingreso de gérmenes y polvo que infectan el organismo. De este modo, las personas quedan propensas a sufrir bronquitis y los que sufren asma, sinusitis o rinitis estacional se ven doblemente afectados.
También es posible experimentar rigidez muscular y contracturas debido a la corriente de aire que incide directamente sobre nuestro cuerpo durante horas de sueño.
Además, el flujo de aire continuo puede provocar irritación en los ojos y sequedad en la piel y la garganta, especialmente si dormimos con la boca abierta. Estos efectos pueden resultar incómodos e interferir en la calidad de nuestro descanso nocturno.
Por último, es importante considerar el impacto del gasto energético que conlleva tener el ventilador encendido durante toda la noche. Aunque en algunos lugares la tarifa nocturna puede ser más económica, seguirá teniendo un impacto en el consumo de energía y, por ende, en nuestra factura eléctrica.
Además esta práctica no solo contribuye al agravamiento de la crisis ecológica, sino que también puede empeorar nuestra situación económica.
¿Qué medidas puedo tomar para evitarlo?
Utiliza el modo giratorio para evitar una corriente de aire continua en una dirección específica. De esta manera, se logra una distribución más equitativa del aire fresco.
Si el ventilador cuenta con la función para configurar intervalos de encendido y apagado durante la noche utilízalos ya que permitirá regular el flujo de aire y evitar una exposición prolongada a la corriente.
Mantén las aspas del ventilador limpias para evitar que distribuyan el polvo acumulado al girar. Esto contribuye a mantener un ambiente más saludable y libre de partículas irritantes.
Si tu ventilador cuenta con las opciones del modo silencioso o modo noche aprovecha sus beneficios. Estos modos reducen la intensidad de las aspas, generando una corriente de aire más suave y agradable, lo que facilita un descanso óptimo.
Coloca el ventilador de manera que genere una corriente suave de aire hacia ti mientras duermes. Colocarlo a una distancia suficiente y en una posición estratégica asegurará que el aire fresco te alcance de manera cómoda.
En definitiva, el uso del ventilador durante la noche puede ser una solución económica y menos perjudicial que el aire acondicionado para refrescar el ambiente y favorecer un mejor descanso.
Sin embargo, es importante tener en cuenta estas precauciones para minimizar los posibles riesgos asociados. Con un uso adecuado y consciente, el ventilador puede ser un aliado para disfrutar de noches más frescas y reparadoras.