El sol no solo hace posible la vida, sino que también, la hace más llevadera. De acuerdo con un estudio publicado en la revista científica Cell, la exposición crónica a los rayos ultravioleta provoca la liberación de endorfinas (las llamadas hormonas del bienestar), que actúan a través de la misma vía que la heroína y otros medicamentos relacionados. Esto, en los roedores usados por los científicos, llevó a una dependencia física y a una auténtica conducta de adicción. El hallazgo parece explicar por qué muchas personas pueden sentir un deseo instintivo de pasar horas tomando el sol.
El Dr. Eduardo Nagore, Jefe Clínico del Servicio de Dermatología del Instituto Valenciano de Oncología (IVO) y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), sostiene que el sol "juega un papel crucial en nuestra salud". "La luz ultravioleta del sol estimula la síntesis de vitamina D, que es crucial para el metabolismo de los ojos, de los huesos y también para otras funciones del cuerpo", comienza a explicar el experto.
Nagore señala que, el hecho de tomar el sol todos los días, tiene un impacto positivo en la persona en un sentido general, ya que la luz y el sol tienden a generar un estado de ánimo optimista. Por este motivo, “quienes viven en países nórdicos, donde la luz del sol es escasa durante el invierno, se les recomienda la luz solar o terapias con luz”, añade el experto. Por lo tanto, los principales beneficios para el organismo de tomar el sol diariamente, son los siguientes:
- Mejora el estado de ánimo.
- Ayuda a dormir mejor.
- Optimiza la inmunidad.
- Mejor concentración en el trabajo, mejor rendimiento cognitivo y un menor esfuerzo en procesos de lectura, dado que la luz natural aumenta la capacidad visual.
- Mejora la circulación sanguínea.
- Disminuye el nivel de glucosa en la sangre; es, por ello, ideal para los diabéticos.
- Disminuye las dolencias leves.
No obstante, a pesar de los múltiples beneficios que conlleva tomar el sol todos los días durante la época estival, Eduardo Nagore alerta de que la luz solar, en sí misma, no tiene un efecto beneficioso directo sobre la piel.
Los riesgos para el cuerpo de una exposición solar diaria
El Dr. Eduardo Nagore explica que la radiación solar contiene radiación ultravioleta, que puede causar daño en el ADN de nuestras células. Este daño puede resultar en dos consecuencias principales.
En primer lugar, la exposición constante al sol puede contribuir al envejecimiento prematuro de la piel. Y, en segundo lugar, y de mayor importancia, estos daños en el ADN conducen a mutaciones que, a largo plazo o en un momento determinado, pueden resultar en cáncer de piel. Por tanto, la exposición diaria y continua a la radiación ultravioleta del sol aumenta significativamente el riesgo de desarrollar cáncer cutáneo.
Además, de acuerdo con el experto, el efecto de la radiación ultravioleta varía según el estado de la piel en el momento de la exposición. Si la piel es joven, el daño puede afectar a las células encargadas de regenerar la piel a lo largo de la vida, lo que puede resultar en el llamado "efecto memoria". A largo plazo, este daño puede provocar la aparición de cáncer de piel.
Por su parte, en las personas mayores, se suma el hecho de que el sistema inmunológico suele ser menos efectivo. “Esto puede resultar en alteraciones celulares que puedan dar lugar a tumores más agresivos”, cuenta el especialista, que señala que la radiación ultravioleta tiene un efecto inmunosupresor. Esto significa que disminuye la respuesta inmunitaria del organismo.
¿Existe alguna manera de prevenir el daño que causa una exposición diaria al sol?
Eduardo Nagore sostiene que es posible tomar determinadas medidas para tratar de revertir el daño ocasionado por una exposición solar excesiva:
- Minimizar la exposición solar.
- Utilizar productos tópicos, como cremas, que contienen ingredientes diseñados para revertir parcialmente el daño: suelen ser derivados de la vitamina A, como el retinol y compuestos similares, que son comúnmente utilizados para tratar los signos del envejecimiento.
- Usar protección solar, especialmente durante la etapa estival.
- Mantener un estilo de vida saludable: seguir una dieta equilibrada rica en frutas y verduras, ya que contienen antioxidantes beneficiosos para la salud de la piel.
