Agosto es tradicionalmente uno de los meses con más desplazamientos en coche del año en nuestro país. Como ocurre en el resto de países europeos, en España existen límites de velocidad por carretera, que son controlados por radares de diferentes tipos por la Dirección General de Tráfico.
Uno de los radares más sanciones pone en las carreteras españolas es el radar en cascada, que sirve generalmente como medida antifrenazo para los conductores que al ver un radar reducen su velocidad y vuelven a acelerar una vez pasado el control. Este tipo de radares pueden ser fijos o móviles y están situados a continuación de un primer radar fijo en un determinado tramo, a una distancia relativamente cercana a estos.
El conductor no sabe dónde se sitúa, por lo que si vuelve a acelerar tras pasar el radar fijo corre el riesgo de ser multado.
¿Qué otros radares utiliza la DGT para controlar la velocidad en las carreteras?
Por norma general los radares de la DGT se diferencian en dos tipos: fijos y móviles. Como su propio nombre indica, los radares fijos están situados en un punto fijo de la carretera. Calculan la velocidad del vehículo en el momento en el que pasan por delante de estos a través de la frecuencia de la onda recibida y, en caso de infracción, envía la señal al centro de gestión de la DGT.
Los radares móviles, en cambio, se ubican dentro de los propios vehículos de la Guardia Civil o camuflados junto a la carretera. Siempre son operados por un agente y juegan con el factor sorpresa para el conductor, ya que pueden situarse en puntos diferentes de la vía.
También existen otros tipos de radares:
- Radares de tramo: Controlan la velocidad entre dos puntos, lo que obliga a los conductores a mantener la velocidad adecuada durante el tramo. La distancia entre ambos suele oscilar entre 3 y 5 kilómetros. Los radares captan la matrícula del vehículo cuando pasan por delante y calculan el tiempo que ha tardado en recorrer dicho tramo para obtener la velocidad media.
- Radar veloláser: Son tan pequeños que pueden llevarlos incluso las motos de la Guardia Civil. Suelen utilizarse en vías convencionales, aunque también los podemos encontrar en autopistas y autovías.
- Radar de semáforo: Suelen utilizarlos los ayuntamientos para controlar a los conductores que se saltan un semáforo en rojo. Se coloca un cámara a unos 25 metros del semáforo para hacer que en la foto pueda apreciarse tanto el vehículo como el color del semáforo y realiza dos fotos: una antes de que pase el coche y otra justo después. Se sancionará al conductor si el rojo está presente en ambas fotos.
- Radar de cinturón: Son generalmente cámaras que vigilan si los ocupantes de un vehículo llevan puesto o no el cinturón de seguridad. Hacen hasta 50 fotografías por segundo.
Además de estos también existen los helicópteros Pegasus, que vuelan alrededor de las carreteras españolas detectando hasta 20.000 infracciones al año. Vigilan desde los límites de velocidad hasta el hecho de pisar líneas continuas o no mantener la distancia de seguridad entre vehículos.