Con un elegante vestido blanco y velo sujetado con una tiara, Markle bajó del automóvil, un antiguo Rolls-Royce Phantom IV, que la llevó desde el hotel Clividen hasta el templo, donde le esperaba Enrique, vestido con el uniforme del regimiento de caballería "Blues & Royals".
La prometida de Enrique entró sola en la capilla acompañada por diez niños que hacen de damas de honor y pajes, entre ellos el príncipe Jorge y la princesa Carlota, hijos de los duques de Cambridge, hasta que el príncipe Carlos la tomó del brazo para conducirla hasta el altar.