El condenado por la muerte de su hija adoptiva, Alfonso Basterra vive encerrado en silencio en la cárcel de Teixeiro (A Coruña). Según publica el diario 'El Mundo', el padre de Asunta reconoce que no se relaciona con los demás presos porque no están a su altura intelectual.
Alfonso lleva once años en la cárcel y al parecer en la misma actitud desde el primer día. Tanto Rosario Porto como Alfonso Basterra fueron condenados a 18 años de prisión por el asesinato Asunta, su hija adoptiva de 12 años, cuyo cadáver fue hallado el 22 de septiembre de 2013 en una cuneta del municipio coruñés de Teo, próximo a Santiago de Compostela.
Aunque ninguno ha reconocido nunca su participación en el crimen, la Audiencia Provincial de A Coruña consideró probado que ambos, de común acuerdo, suministraron repetidamente a la niña, desde al menos tres meses antes del fallecimiento, un medicamento que contenía lorazepam.
Basterra se pasa las horas en la biblioteca
Rosario Porto acabó quitándose la vida el 18 de noviembre de 2020 en la cárcel de Brieva tras varios intentos en años anteriores. Pero Alfonso continúa en prisión y está pagando su condena en la cárcel de Teixeiro, donde diferentes fuentes afirman que se pasa las horas en la biblioteca del centro penitenciario y le describen como un hombre frío que jamás muestra sus emociones.
A principios de 2024, Alfonso Basterra pidió en enero el tercer grado por primera vez, aunque le fue denegado.
"No sé qué hago aquí. Soy inocente", Basterra sigue insistiendo en su inocencia desde el Módulo de Educación y Respeto (MEC) en el que se encuentra. El diario 'El Mundo' publica que Basterra no comparte celda con otro preso y pasa las mañanas y las tardes trabajando como bibliotecario.
Además, las fuentes cuentan que llama la atención su vestimenta porque viste a diario camisa, pantalones y zapatos, al contrario que otros presos, que siempre van en chándal o ropa cómoda. Otro aspecto a destacar de su vida en la cárcel es la soledad y la falta de comunicaciones. Nadie va a verlo a la cárcel, ni familia, ni amigos.