Barcelona es una de las ciudades con el aire más contaminado de Europa, por delante de Londres, París o Copenhague, debido a la gran concentración de vehículos en pocos kilómetros cuadrados, según informa el ayuntamiento de la capital catalana.
El consistorio ha destacado que controla de forma permanente la calidad del aire desde distintos puntos de la ciudad, donde hay un exceso de partículas en suspensión y óxidos de nitrógeno en el aire por el aumento del tráfico.
Según los análisis de la calidad del aire que se realizan cada año, Barcelona cumple los límites legales europeos, pero incumple muchos de los límites de seguridad establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) relativos a las partículas y a los óxidos de nitrógeno. La principal causa de contaminación en la ciudad es el exceso de vehículos, ya que las partículas en suspensión, el contaminante más nocivo, provienen del tráfico rodado entre un 40% y un 60%, sobre todo de las emisiones de vehículos diésel.
Según el ayuntamiento, Barcelona es la ciudad europea con más densidad de vehículos, pues concentra más de 6.000 coches por kilómetro cuadrado, lo que significa el doble que en Madrid y más del triple que en Londres. Según los estudios epidemiológicos de Barcelona, se calcula que la polución causa cada año 1.800 hospitalizaciones por razones cardiorrespiratorias, 5.100 casos de bronquitis en adultos, 31.100 casos de bronquitis en menores y 54.000 ataques de asma entre menores y adultos.
El consistorio recomienda ir caminando o en bicicleta, al tiempo que aconseja viajar en tranvía o metro o en coche eléctrico, a pesar de que también emita algunas partículas. Las personas más vulnerables como mujeres embarazadas, personas mayores, con cardiopatías, con asma o alergias y los niños deben tener especial cuidado en los momentos de más contaminación.
El ayuntamiento de la ciudad ya ha puesto en marcha distintos cambios para fomentar la movilidad sostenible como reforzar la red de transporte público, empezando por el despliegue de la red octogonal de autobuses y el proyecto de unir el tranvía por la Diagonal.
También tiene previsto invertir 32 millones de euros para llegar a los 300 kilómetros de carril bici en 2018 y ganar espacios de calidad para los peatones con nuevos modelos urbanos como las "supermanzanas". Otro de los propósitos es sustituir los autobuses y coches de la Guardia Urbana por vehículos limpios, de gas, eléctricos o híbridos, que en estos momentos ya suponen el 40% de la flota. También plantea crear una mesa contra la contaminación del aire y un grupo de trabajo con expertos para proponer medidas en caso de episodios de alta contaminación.