con un millón de muestras

Así funciona la 'bóveda del fin del mundo', el banco mundial de semillas donde se almacenan ejemplares de todo el mundo

En la isla ártica Noruega existe una instalación muy peculiar: el banco mundial de semillas, donde se almacenan ejemplares de todo el mundo para poder ser recuperadas en caso de catástrofe.

Belén Gómez del Pino

Madrid |

Y que acaba de superar el millón de muestras con la llegada de un nuevo cargamento procedente de 35 bancos internacionales. Más de 60.000 semillas y entre ellas, tres especies de arroz de Costa Rica, variedades de cebolla, melón y guindilla brasileñas y cultivos de sorgo, frijoles, guisante mariposa y trébol procedentes de Colombia.

También se ha recibido el primer depósito indígena de Norteamérica. La nación Cherokee ha enviado semillas de alubias, calabazas y maíz Águila Blanca.

Incluso el príncipe Carlos de Inglaterra se ha sumado al envío aportando 27 semillas de plantas silvestres como primaveras y orquídeas recolectadas en las praderas de su residencia campestre.

Este banco de semillas fue inaugurado hace doce años. Está construido en una cueva excavada en la montaña, a 130 metros de profundidad, y tiene una extensión de más de mil metros cuadrados distribuidos en tres almacenes. Se conoce como "la cámara o la bóveda del fin del mundo" porque está construido a prueba de erupciones volcánicas, terremotos e incluso de fallo eléctrico, porque el permafrost, la capa de hielo permanente del Ártico, actúa como refrigerante.

Inspiró su creación el intento de proteger la biodiversidad del planeta en caso de catástrofe local o mundial. Funciona como una caja de seguridad de un banco. El edificio es propiedad de Noruega, pero el contenido de cada cargamento es de quien lo ha depositado.

Con el nuevo envío de semillas, la riqueza que acumula supera ya el millón de muestras. En 2018 Siria solicitó más de 100.000 de las semillas que había depositado en él para reestablecer los cultivos perdidos durante la guerra y poder así alimentar a la población.