Mucha gente usa hoy día aplicaciones de citas en las que personas desconocidas entablan conversaciones con un objetivo aparentemente común: encontrar pareja. El primer error que muchos usuarios de estas aplicaciones cometen es pensar precisamente eso, ya que nuestros interlocutores no siempre van a la búsqueda del amor verdadero.
De hecho, algunos estudios sugieren que las motivaciones para interactuar a través de este tipo de plataformas son extremadamente variadas, y pueden ir desde la mera intención de hablar con gente al cotilleo de otros perfiles. Dicho de otro modo, la búsqueda del amor no es siempre un objetivo compartido por los usuarios de estas aplicaciones.
En este desconcertante mundo moderno de las aplicaciones de citas, nos encontramos con un panorama que se asemeja a un cuento clásico, lleno de personajes intrigantes y desafíos emocionales. Nos adentran en un mundo con lobos astutos y mentirosos, migas de pan que pueden desviarnos del camino y fantasmas que desaparecen misteriosamente.
El lobo de las mentiras en las apps de citas
En este cuento, el lobo de las mentiras acecha en el bosque de las aplicaciones de citas. Como el lobo feroz de Caperucita Roja, este lobo se esconde detrás de un velo de engaño. En el mundo de las citas en línea, aproximadamente un 7 % de lo que se dice en la fase inicial de las conversaciones es mentira.
Las personas a menudo recurren a la mentira para hacer que su perfil parezca más atractivo o para evitar conversaciones incómodas. Y aunque en los cuentos clásicos la verdad siempre se revela, en el mundo de las aplicaciones de citas es mucho más difícil distinguir entre mentiras y verdades, y muchos usuarios pueden volverse escépticos y desconfiados tras sentirse engañados. Mal comienzo para entablar una relación duradera.
Las migajas emocionales y la trampa en el bosque de citas
En este relato, muchos protagonistas se aventuran en un bosque, donde las migajas de pan se utilizan no para encontrar el camino de regreso a casa, sino para mantener a las personas atrapadas en un intrincado laberinto emocional. Esta práctica se conoce como “breadcrumbing”, y se deriva de la palabra breadcrumb, que en inglés significa “migaja de pan”.
El término se origina en la práctica de dejar migajas de pan como señales, en referencia al cuento de Hansel y Gretel en el que los personajes dejaban pistas para marcar su camino en el bosque.
Así, el breadcrumbing, que podríamos traducir como migajismo, consiste en dar señales intermitentes de interés sin un compromiso real para avanzar en la relación. Alguien que nos había suscitado interés nos deja señales de vez en cuando que mantienen viva la ilusión o la esperanza pero que nunca llevan a nada más. Como en los cuentos, aquellos que siguen las migajas a menudo se encuentran perdidos en un bosque de expectativas no cumplidas.
Según un estudio reciente, cerca del 35 % de usuarios de aplicaciones de citas ha iniciado o sufrido breadcrumbing. Lejos de ser una curiosidad, el migajismo tiene un fuerte impacto negativo en la vida de quien lo sufre, llevándole a sentirse perdido en un laberinto emocional del que resulta difícil salir emocionalmente intacto.
Existen estudios que muestran que, a medida que siguen las migajas, las personas podrían experimentar menos satisfacción en su vida y sentirse más solas y desamparadas, viendo que su interlocutor no tiene la intención real de llevar la relación a un nivel más profundo.
El fantasma que acecha en el bosque de relaciones
En este cuento moderno, también encontramos un fantasma misterioso. Al igual que los fantasmas de las historias de terror, el “ghosting” en las aplicaciones de citas implica la desaparición repentina de alguien sin dejar rastro. En español, ghosting (del inglés ghost, que significa fantasma) se traduciría como “desaparición fantasmal” o “desaparición súbita”, y también se conoce coloquialmente como “dejar a alguien en visto”.
Como si fueran personajes de una novela de misterio, las personas que sufren ghosting quedan abandonadas en medio de la incertidumbre, sin pistas sobre lo que ha sucedido. Después de varias interacciones a través de una aplicación de citas, y habiendo generado expectativas en la otra persona, el fantasma desaparece, provocando una sensación de desconcierto que, en ocasiones, tiene un fuerte impacto emocional.
Recordemos el momento en el que el príncipe y Cenicienta se encuentran en el baile y hacen un match mágico y emocionante. Ambos se sienten atraídos instantáneamente el uno por el otro, similar a lo que ocurre en muchas aplicaciones de citas cuando dos personas comienzan a interactuar. Sin embargo, Cenicienta lleva a la práctica el ghosting y desaparece misteriosamente, dejando al príncipe solo con un zapato de cristal y preguntándose qué sucedió. Afortunadamente para el príncipe, en su cuento la historia termina bien, y el amor prevalece.
En cambio, el ghosting en el cuento de las aplicaciones de citas no siempre termina con los protagonistas comiendo perdices. Un estudio reciente reporta que en torno al 20 % de usuarios de estas plataformas ha iniciado o sufrido ghosting.
En busca de relaciones sólidas y sinceras
En el mundo de las aplicaciones de citas, los lobos de las mentiras, las migajas que desvían el camino y los fantasmas son solo algunos de los desafíos. Estos problemas pueden dar lugar a la desconfianza, la frustración y la confusión en las relaciones. Sin embargo, no todo está perdido.
Al igual que en el cuento de Cenicienta, donde la historia continúa después del baile, en la vida real las relaciones significativas se construyen a medida que las personas se conocen más profundamente a través de encuentros reales y conversaciones honestas. En lugar de desaparecer como fantasmas, los estudios científicos han mostrado que las personas pueden encontrar un mayor sentido de conexión y autenticidad al invertir tiempo y esfuerzo en desarrollar relaciones que vayan más allá de la superficie, creando así su propio cuento de amor duradero.
De hecho, se estima que las relaciones románticas de dos tercios de los adultos jóvenes comenzaron como amistades. Al igual que en los cuentos de la infancia, donde los personajes forjaban vínculos antes de encontrar el amor verdadero, la construcción de relaciones sólidas se basa en el conocimiento mutuo, la confianza y la comunicación efectiva. No olvidemos cómo nació el amor entre Bella y la Bestia.
Cada uno de nosotros es protagonista de su propia historia, y está en nuestras manos escribir el final.
Jon Andoni Duñabeitia, Director del Centro de Investigación Nebrija en Cognición (CINC) y Director de la International Chair in Cognitive Health (ICCH) en la Universidad Nebrija, Universidad Nebrija
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.