Tan solo en España se registraron 4.227 suicidios en 2023, mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que cada año se producen unas 700.000 muertes por esta razón a nivel mundial, lo que equivale a 1.925 muertes al día o una cada 45 segundos.
Los expertos insisten en que el suicidio no es solo un problema de salud mental, ya que existen una serie de factores sociales, como la pobreza, la discriminación o los abusos, que condicionan la decisión de una persona para poner fin a su vida.
Ahora, con motivo del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, la revista 'The Lancet Public Health' ha publicado una serie de estudios que abogan por un enfoque que aborde los factores sociales, además de los servicios de la práctica clínica. Y aunque estos no dejan de ser fundamentales para las personas que atraviesan una crisis suicida, las medidas preliminares que abordan los factores sociales también deben incluirse en las estrategias nacionales de prevención del suicidio.
Para abordar estos factores, los que influyen en la decisión de acabar con la vida, es necesario replantear las políticas para responsabilizar a los políticos de las decisiones que puedan ayudar o dificultar los esfuerzos de prevención del suicidio, señalan desde The Lancet.
A menudo se piensa que el suicidio es consecuencia de una enfermedad mental, pero hay factores sociales que "ejercen una gran influencia", destaca Jane Pirkis, de la Universidad Melbourne y autora de uno de los artículos. Si estos factores se abordan "es probable que se reduzcan considerablemente las tasas de suicidio".
"Muchos suicidios son evitables y las estrategias de salud pública suelen ser las que más repercuten en la reducción de las tasas de suicidio de la población", señala Keith Hawton, de la Universidad de Oxford (Reino Unido) y firmante del estudio.
Cómo ayudar a alguien que piensa en suicidarse
Atravesar una etapa de estas características es muy difícil para las víctimas, pero también para quienes están a su lado. Por esta razón es tan importante saber cómo actuar cuando alguien de nuestro entorno ha dado indicios de querer acabar con su vida.
"Una persona en este estado necesita ser plenamente escuchada", afirma en declaraciones a Onda Cero la psicóloga Elena Daprá. Deben sentir que pueden "expresarse como quieran, que sean libres para ello".
Según apunta Daprá, es necesario "crear un espacio de seguridad para que la persona se desahogue" y respetar "la forma que tiene la persona en vivir" la etapa que está atravesando.
Para conseguir todo esto, los expertos apuntan que el primer paso es asegurarse por todos los medios posibles de que la persona, aunque haya dado pie a suicidarse, verdaderamente no tiene intención de hacerlo. La clave está en hacer muchas preguntas. Algunos ejemplos son: "¿Cómo estás afrontando estos momentos?, ¿tienes ganas de rendirte?, ¿piensas en la muerte con frecuencia?, ¿has pensado cómo o cuándo lo harías?".
Buscar los signos de advertencia también forma parte del trabajo para comprobar que la persona tiene o no intención de suicidarse. Así, cuando alguien está pensando en acabar con su vida puede hablar del suicidio regularmente empleando frases como "ojalá no hubiera nacido", "ojalá estuviera muerto".
También puede expresar signos conductuales que le incitan a querer constantemente estar solo y evitar el contacto social; sufrir fuertes cambios de humor; hablar o escribir sobre muertes violentas, etc.
Qué hacer si alguien ha intentado suicidarse
Afrontar este escenario es, quizás, uno de los más complicados. Cuando se dan este tipo de episodios los expertos aconsejan no dejar sola a la persona en ningún momento para evitar que vuelva a intentar quitarse la vida.
Llamar a emergencias es lo segundo que se debe hacer y, si se puede, acudir al centro hospitalario más cercano para que reciba una atención adecuada.
Averiguar si la persona está bajo los efectos de las drogas y el alcohol o si tomó una sobredosis para evaluar en qué estado se encuentra.