Son cada vez más las personas que deciden por cuenta propia eliminar de su dieta alimentos que consideran poco saludables, como pueden ser los aditivos o la carne. En la mayor parte de casos, estas exclusiones se llevan a cabo sin revisión médica, por lo que podrían presentar un importante daño a la salud. Así lo muestra el informe "Tendencia de exclusión alimentaria en la población española", elaborado por la Fundación Mapfre junto a la Academia Española de Nutrición y Dietética.
El documento, que ha sido presentado hoy, busca detectar y cuantificar la proporción de población española que deja de consumir de forma total o parcial ciertos alimentos, nutrientes o ingredientes específicos. La muestra escogida ha sido de 3.150 residentes, seleccionados de manera aleatoria y estratificada.
El fenómeno 'veggie'
Un estudio realizado por la consultora Lantern, conocido como "The Green Revolution", ha señalado que la venta de productos 'veggie' ha crecido un 27% en dos años. El último en promocionar este estilo de vida ha sido el comité científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, que este lunes ha propuesto reducir el consumo de carne, situándolo entre 0 y 3 raciones por semana.
La oferta de sustitutos cárnicos aumenta cada año, llegando a alcanzar los 35.600 millones de dólares en valor de mercado el pasado año 2021. Se estima que este continúe creciendo, quintuplicándose en los próximos años y acercándose a los 162.000 millones en 2030. El Instituto de Comercio Exterior (ICEX) asegura que España se sitúa en quinto lugar en relación con la inversión en ecosistemas foodtech, que se ha visto impulsado por el interés que muestran grandes corporaciones como Danone y Pascual.
El reciente estudio llevado a cabo por la Fundación Mapfre cifra en un 4% la población vegetariana y en un 0,8% la vegana. Algunas de las personas que aseguraron continuar con estas dietas, aseguraron que "podrían realizar algunas transgresiones consumiendo de forma esporádica pequeñas cantidades de carnes y pescados (los vegetarianos) y de huevos (los veganos)”. Aun así la variante más común es la conocida como flexetariana, es decir, una dieta vegetariana con ingesta ocasional de carne o pescado. La cantidad de población que continúa esta alimentación se sitúa en torno al 7%.
Productos sin lactosa, la opción más popular
Un alto porcentaje de los encuestados declaró evitar o tratar de evitar diferentes alimentos, nutrientes e ingredientes de la dieta, siendo mayoritariamente los considerados objetivamente poco saludables. Las mujeres y la población de mediana edad parecen estar más a favor de la eliminación de estos productos, optando por alternativas que ven más "saludables".
Un 77 % de los encuestados declara eliminar completamente (27%) o tratar de eliminar (50%) los aditivos alimentarios, lo que refleja que hay una aversión a los aditivos. Por otro lado la dieta que excluye la lactosa es la más practicada entre la población española, situándose en un 25%, mientras que únicamente un 8% sigue una sin gluten. Otra de las opciones menos practicadas es la alimentación baja en Fermentable Oligosacáridos Disacáridos Monosacáridos y Polioles (FODMAP), que alcanzaría un 9%.
La mayor parte de las exclusiones alimentarias se realizan en primera instancia tras una reflexión personal, aunque existen más razones por las cuales una persona se adhiere a dietas como la cetogénica, ya que pueden ser recomendadas por el personal sanitario. En general, existe un alto grado de auto prescripción de exclusiones alimentarias, muchas de las cuales no están plenamente justificadas.
¿Cuáles son los riesgos para la salud?
Continuar con estas dietas de exclusión de forma no plenamente justificada podría suponer unriesgo para el mantenimiento de la salud óptima de la población y suponer además un coste económico y social. “Aquellos que reportaron seguir una dieta vegetariana o vegana sin un nivel de conocimientos o acompañamiento adecuados, podrían presentar una deficiencia de vitamina B12”, señala el informe.
También los que sigan una dieta sin gluten o baja en gluten sin justificación de salud podrían estar expuestos a una menor ingesta de fibra, vitaminas D, B12 y folatos, así como de hierro, zinc, magnesio y calcio, y a un mayor consumo de grasas saturadas. En el caso de dietas que excluyan la lactosa de manera innecesaria, podría incrementarse el riesgo de una ingesta inadecuada del calcio. La alimentación FODMAP también podría afectar al estado nutricional, impactando de manera negativa al microbioma intestinal.
Aun así otro informe realizado por la organización, titulado "Uso de suplementos nutricionales en la población española", muestra que 4 de cada 10 españoles consume vitaminas y complejos de sólo vitaminas, "siendo más habitual entre y grupos de edad más jóvenes". Las más consumidas serían la "vitamina D en todas sus formas y la vitamina C", tomadas por 3 de cada 10 ciudadanos.