detenidas tres personas

Cae en Melilla una banda que introducía inmigrantes en el doble fondo de los vehículos

Según informó el Instituto Armado, en el marco de la operación Azhira han sido detenidas tres personas de nacionalidad marroquí como responsables de esta trama.

ondacero.es

Madrid | 04.10.2018 10:35

Uno de los controles de la frontera entre España y Marruecos en Melilla
Uno de los controles de la frontera entre España y Marruecos en Melilla | Agencia EFE

Esta operación se inició en enero de 2017 y desde entonces se ha detenido a 52 personas por tráfico de personas. En este caso, los tres nuevos arrestados introdujeron ilegalmente en España a 44 inmigrantes, a los que cobraban 4.500 euros a cada uno, con lo que este grupo delictivo podría haber logrado unos beneficios de unos 200.000 euros.

La red introducía en Melilla a inmigrantes de procedencia subsahariana ocultos en dobles fondos de vehículos a través de los pasos fronterizos con Marruecos. Conocedores de los métodos y protocolos de actuación de la Guardia Civil en los registros y para dar apariencia de normalidad, simulaban ser una familia.

Para ello sentaban a las mujeres en los asientos delanteros junto al conductor y en los traseros a niños de corta edad, justo en el lugar donde debajo iban los inmigrantes ocultos en situaciones lamentables. Esta forma de ocultar a los inmigrantes suponía un riesgo para su integridad física por asfixia, con cortes o inhalación de gases, lo cual requería en muchas ocasiones su auxilio, rescate y asistencia médica in situ y su derivación a centros hospitalarios.

La organización criminal investigada estaba perfectamente estructurada, integrada por un número superior a trece personas, quienes tenían un reparto de funciones dentro de la misma. Unos dinamizaban las entradas, otros coordinaban las extracciones de los migrantes del interior de los vehículos y los conductores se convertían en cómplices necesarios al participar en el perfeccionamiento del delito.

Las víctimas eran transportadas semidesnudas y tras ser extraídas en distintos puntos de la ciudad, alejados de miradas indiscretas y con grandes medidas de seguridad para no ser descubiertos, los traficantes los tiraban como mercancía, les arrojaban ropa y dejaban a su suerte€, huyendo rápidamente del lugar. Además, los componentes de la organización criminal amenazaban a las víctimas con infringir daño a sus familiares o a ellos mismos, si colaboraban con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.