Se han presentado las nuevas tendencias de moda y calzado sostenible para la próxima temporada estival 2017, entre las que se incluyen materiales como corcho, bambú, posos de café o lana de oveja de la trashumancia. Sobresalen las primeras sandalias para veganos, un modelo que camina hacia el respeto animal.
El presidente del Gobierno de La Rioja, José Ignacio Ceniceros, ha asistido a la inauguración de Momad Shoes, en la que participan 16 empresas riojanas de calzado. La moda sostenible mira y estudia la naturaleza, "se esfuerza por garantizar el respeto por el medio ambiente y busca procesos productivos más respetuosos con nuestro entorno", ha explicado la directiva de la firma El Naturalista, Cecilia Puig.
El marco ha sido la inauguración de Momad Metrópolis y Momad Shoes, salones que dan este año mayor protagonismo a la moda sostenible, en la feria de Madrid, IFEMA. Y es la naturaleza quien inspira la nueva colección de esta firma que crea suelas a partir de materiales reciclados como el corcho y caucho. "La mayoría de la suelas de nuestros diseños se realizan con caucho y parte de las plantillas interiores anatómicas y extraíbles con corcho", añade Puig. Y, precisamente, con estos materiales junto con poliéster y fibras naturales se hacen los zapatos para veganos, diseños "que no incluyen ningún material que procede de origen animal", asegura Puig.
El bambú también está presente en el calzado de esta empresa riojana que nació en el 2003 con un fuerte compromiso social. "Con el bambú, que apenas necesita agua para desarrollarse, elaboramos un tejido muy sostenible y transpirable, ya que en verano aisla y en invierno mantiene el calor", cuenta Puig. "La sostenibilidad no es una opción, sino una obligación", recalca Puig, que hace hincapié en que la piel que trabajan es sin cromo, un elemento químico que se utiliza para fijar los colores.
La frustración por el uso excesivo de los recursos naturales del mundo y la cantidad de residuos producidos por los países industrializados ha llevado a Javier Goyeneche a crear una compañía de moda sostenible, Ecoalf, que se esfuerza por no utilizar recursos de la tierra. "Trabajamos con residuos que reciclamos", adelanta Virginia Trujillo, responsable del departamento de desarrollo de negocio, quien este año ha traído a Momad Metrópolis una colección que "permite vivir en un planeta mejor gracias a los materiales que utilizamos, como redes de pesca, botellas de plásticos, neumáticos viejos o algodón reciclado".
Pero la novedad de esta temporada son las prendas confeccionadas con posos de café, lana de la trashumancia o un hilo que se ha sacado de reciclar la basura del fondo del mar. "La lana de las ovejas merinas de las trashumancia se dejaba en el campo o se quemaba, pero ahora nuestra empresa la recoge y la utiliza para tejer prendas", detalla Truijillo, quien explica con orgullo el nuevo proyecto.
Ecoalf y los marineros de la costa de Levante se han coordinado para sacar la basura del fondo marino: "Toda la porquería que arrastran las redes, en lugar de devolverlas al mar, se depositan en contenedores y se clasifica y se recicla en un nuevo hilo, con el que se han creado cazadoras".
La firma de ropa Skunkfunk trabaja desde hace años con algodón orgánico, y esta temporada ha tejido nuevas prendas con "ramie", una planta asiática "de la que hemos sacado un nuevo hilo que viene directamente de la madre naturaleza", explica Olatz Manzano, responsable de imagen de a firma.
Con la madera del eucalipto han experimentado hasta crear un hilo, "lyocell", con el que confecciona prendas con caída como pantalones sueltos y prendas de abrigo con un lustre especial y tacto muy agradable. "Esta fibra se hace a partir de celulosa procedente de la madera de eucalipto, aplicando un proceso sostenible completo", puntualiza Manzano.
Esta firma confecciona los complementos, cinturones, carteras y bolsos con cuero reciclado, es decir, con cuero usado, que se ha desestimado y que puede encontrarse en la basura: lo deshace y tritura hasta conseguir una masa, con la que hace una tejido que parece cuero. "Y con masa de arroz fabricamos las bolsas de embalaje", concluye Manzano.