A partir del 1 de enero de 2025, todos los envases de uso doméstico deberán incluir información clara sobre el contenedor en el que deben depositarse. Esta medida, establecida por el Real Decreto de Envases y Residuos de Envases, representa un hito en la gestión de residuos en España y marca un paso hacia una economía circular más sostenible.
¿Qué implica esta nueva normativa?
La normativa establece que todos los envases para uso doméstico, excluyendo los de tipo B2B (business-to-business), deberán llevar etiquetas específicas que indiquen el contenedor correcto para su reciclaje. Además, el decreto regula qué mensajes son obligatorios, voluntarios y cuáles están prohibidos en el marcado de los envases.
Esta legislación se adelanta al Reglamento Europeo de Envases y Residuos de Envases, que entrará en vigor en 2025 y busca reducir los residuos, fomentar la reutilización y garantizar que todos los envases sean reciclables para 2030.
Información obligatoria en el etiquetado
A partir de enero de 2025, los envases deberán indicar claramente si son reutilizables y llevar el símbolo del Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR).
En los envases compostables, se incluirá una etiqueta con pictogramas sobre su composición (compostable o home-compostable) y, opcionalmente, un código QR con información adicional.
Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR)
Este sistema permite al consumidor recuperar una cantidad de dinero al devolver los envases vacíos en el comercio, garantizando así su reciclaje.
Desde 2025 será obligatorio para envases domésticos de PET y polietileno de menos de 3 litros y de un solo uso. A partir de 2030 quedarán prohibidos envases plásticos de un solo uso como los de frutas y verduras frescas sin procesar, alimentos y bebidas en porciones individuales, y bolsas de plástico ligeras quedarán prohibidos.
Reducción de peso y volumen de los envases: Los fabricantes deberán minimizar el peso y volumen de los envases, manteniendo la seguridad y funcionalidad.
Este cambio supone un avance significativo en la transición hacia un modelo de economía circular. Los consumidores tendrán más claridad sobre cómo reciclar correctamente, y las empresas deberán adaptarse a nuevas regulaciones más estrictas, promoviendo prácticas sostenibles.
Desde el Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas) destacan que los plásticos siguen siendo fundamentales en sectores clave como la preservación de alimentos y el transporte, pero insisten en la importancia de regulaciones claras y transparentes para beneficiar a toda la cadena de valor.