Las condiciones climáticas del océano, incluyendo huracanes, han provocado el desplazamiento de la fauna marina cientos de kilómetros. Esa fue, según especulan los biólogos, la razón por la que Mara terminó tan lejos de su hogar, aproximadamente en el paralelo de Canarias.
Una vez recuperada, la tortuga fue trasladada a un acuario, a un espacio tropical a 24 grados centígrados, mucho más de los que vivió en su aventura atlántica. Durante 3 semanas Mara recuperó fuerzas para su siguiente viaje. Este en avión, desde Cork a Gran Canaria. Viajó acompañada de dos cuidadores, en la cabina de pasajeros y por supuesto, con su propio pasaporte, foto incluida.
La tortuga ya está en Canarias, tras haber recorrido más de 5000 kilómetros. Su viaje estuvo a punto de costarle la vida aunque ella ni se diera cuenta. Ahora vive al sol, en aguas cálidas y su esperanza de vida puede alcanzar los 67 años.