El cáncer en datos: número de casos anuales, tipos, personas de más riesgo, tratamientos y detección precoz

El 4 de febrero de cada año se celebra el Día Mundial contra el Cáncer. Una fecha donde la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) y la Unión Internacional Contra el Cáncer (UICC) se unen para tratar de concienciar acerca de esta enfermedad que sigue siendo una de las principales causas de mortalidad en el mundo.

A pesar de que las opciones de curación son altas en algunos tipos de cáncer, la desigualdad que existe a la hora de poder acceder a la atención sanitaria es una realidad. Por ello, el Día Mundial contra el Cáncer de 2022 se ensalzará bajo el lema, ‘Por unos cuidados más justos’, con el objetivo de que se mejore la atención de calidad en aspectos como la detección temprana, el tratamiento y los cuidados paliativos

¿Qué es el cáncer?

El cáncer es una enfermedad que convive diariamente con nosotros. Sin embargo, sigue existiendo cierta desinformación respecto al diagnóstico.

Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), "el término cáncer engloba un grupo numeroso de enfermedades que se caracterizan por el desarrollo de células anormales, que se dividen, crecen y se diseminan sin control en cualquier parte del cuerpo".

Algunos cánceres pueden no formar tumores, como sucede típicamente en los de origen sanguíneo. Estos suelen crecer a un ritmo lento y al no infiltrarse en los tejidos vecinos, se los considera benignos. Sin embargo, si el tumor es maligno (canceroso), hay que tratarlo antes de que invada el tejido circundante, lo que supondría una extensión de la enfermedad hasta provocar una metástasis en el organismo.

¿Cómo se diagnostica y qué aspecto tiene

En los últimos 20 años, el número de tumores diagnosticados en España ha experimentado un crecimiento constante. Pese a que el cáncer se puede desarrollar durante años sin mostrar indicios evidentes, esta enfermedad suele presentar una serie de síntomas que varían según la localización del tumor y del tipo de cáncer. Algunas de las señales más comunes son:

Cambios en la piel: manchas, bultos, irritación o masas extrañas en cualquier parte del cuerpo
Tos o ronquera persistentes
Dificultad respiratoria
Sangrados o hemorragias imprevistas
Cansancio crónico
Pérdida de apetito, dificultad al tragar o cambios de peso de manera repentina
Alteraciones en los senos
Complicaciones al tragar, al orinar o al realizar cualquier otra necesidad fisiológica
Problemas de visión o audición
Cambios en un lunar o manchas en la piel
Sudores nocturnos intensos
Dolor

Dependiendo de los síntomas se realizarán un determinado tipo de pruebas para valorar qué ocurre. Generalmente, el diagnóstico diferencial que pretende valorar las posibles causas de un síntoma, comienza por un interrogatorio médico y la exploración física. Posteriormente, el patólogo podrá requerir investigaciones analíticas y algunas pruebas de imagen como una radiografía o un escáner.

Para conseguir un diagnóstico adecuado, es necesaria la confirmación histológica. Para ello, se debe extraer y analizar una muestra del tejido tumoral, con procedimientos como la punción-aspiración o la biopsia. Sin embargo, ante algunos hepatocarcinomas o tumores cerebrales, se puede llegar a prescindir del diagnóstico patológico.

Tratamiento curativo y paliativo

El riesgo de mortalidad por cáncer ha ido disminuyendo de forma considerable en las últimas dos décadas. Para eso es importante la detección temprana de un tumor, lo que garantizará combatir la enfermedad con una mayor probabilidad de curación.

Dependiendo del tipo de cáncer, del estadio en que se encuentre, y el estado de salud del paciente, se podrán emplear distintas técnicas y tratamientos:

Cirugía: trata de extirpar el tumor y el tejido que lo rodea durante una operación. Es el tipo más antiguo de tratamiento contra el cáncer y continúa siendo efectivo para muchos tipos de cáncer.
Radioterapia: usa altas dosis de radiación para destruir células cancerosas y reducir tumores.
Quimioterapia: consiste en usar medicamentos contra el cáncer que se pueden administrar por vía intravenosa o por vía oral. Estos pasan a través del torrente sanguíneo para llegar a las células cancerosas en la mayoría de las partes del cuerpo.
Inmunoterapia: utiliza sustancias producidas por el organismo o en un laboratorio para mejorar el funcionamiento de su sistema inmunológico y destruir las células cancerosas.
Hormonoterapia: utiliza fármacos que actúan modificando las hormonas para frenar el crecimiento de ciertos tumores.
Terapia génica: utiliza los genes para tratar o prevenir enfermedades. La forma más común incluye la inserción de un gen normal para sustituir a uno anormal.

Mientras, los cuidados paliativos son una parte importante de la atención que se incluye junto con los tratamientos para retrasar, detener o curar el cáncer. Estos están diseñados para mejorar la calidad de vida del paciente, ayudándoles a tratar los síntomas, así como los efectos secundarios de los tratamientos.

Tipos de cáncer

El tipo de cáncer se define por el tejido u órgano en el que se ha originado. Según los expertos, pueden definirse tantos tipos de cánceres como enfermos, cada uno con sus alteraciones moleculares y celulares específicas, pero de forma sintética se agrupan por el tejido que los dio origen:

Carcinomas: es un cáncer que comienza en las células epiteliales, es decir, aquellas que cubren el interior o exterior de un órgano del cuerpo. Estas representan más del 80% de la totalidad de los cánceres.
Sarcomas: son cánceres que se forman a partir del llamado tejido conectivo o conjuntivo, del que derivan los músculos, los huesos, los cartílagos o el tejido graso. Los más frecuentes son los sarcomas óseos.
Leucemias: tipo de cáncer de la sangre que comienza en la médula ósea, que es el tejido encargado de mantener la producción de glóbulos rojos, blancos y plaquetas.
Linfomas. Se desarrollan a partir del tejido linfático, como el existente en ganglios y órganos linfáticos. Los dos tipos principales son: linfoma de Hodgkin y linfoma no Hodgkin

Factores de riesgo

El Instituto Nacional de Cáncer (NIH) ha indicado que ciertos factores de riesgo pueden aumentar la posibilidad de una persona de padecer cáncer. Aunque algunos de estos pueden evitarse, otros no.

Factores de riesgo que pueden evitarse: la obesidad (cáncer de mama, de colon, de recto, de endometrio, de esófago, de riñón, de páncreas y de vesícula biliar), el tabaco (cáncer de pulmón, de vejiga urinaria y el de mucosa oral), el consumo de alcohol (cáncer de mama, de boca, de garganta, de esófago, de laringe y de hígado), y la exposición a la luz solar (cáncer de piel).
Factores de riesgo que no se pueden evitar: la edad, los antecedentes familiares, infecciones, hormonas, inflamación crónica, inmunosupresión o sustancias en el ambiente.

Los perfiles de más riesgo que pueden contraer cáncer

Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres padecerán cáncer en algún momento de su vida.

En función del sexo, la edad, el estilo de vida y las herencias genéticas de cada persona, y con la ayuda de los datos del observatorio de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), se pueden averiguar los perfiles en mayor riesgo de contraer esta enfermedad.

Niños y adolescentes

Esta enfermedad afecta a los más pequeños (entre 0 y 14 años) con tumores muy agresivos y rápidamente progresivos para los que no existe detección precoz. Se trata de tumores hematológicos como la leucemia, el linfoma, sarcoma o de tumores óseos o cerebrales.También son los que sufren hombres y mujeres jóvenes de entre 15 y 39 años.

Mujeres jóvenes

Cada año se diagnostican 4.820 tumores en mujeres jóvenes, de entre 15 y 39 años de edad, una cifra que supera considerablemente la de los hombres de esa misma franja, 2.874.

Los expertos advierten de que las jóvenes tienen más riesgos de contraer este tipo de cáncer, por el diagnóstico temprano del cáncer de mama. Para evitarlo, una de las recomendaciones de la AECC es tener hijos antes de los 30 años y optar por la lactancia materna. Además, suele recomendarse la autoexploración mamaria a partir de los 25 años y vacunarse contra el virus del papiloma humano (VPH).

Mujeres de más de 50 años

El cáncer de mama sigue siendo el más detectado cada año entre las pacientes femeninas, pero 8 de cada 10 diagnosticadas están libres de la enfermedad a los 5 años de ser tratadas. A partir de los 50 años, el riesgo de contraerlo se incrementa, por lo que se recomienda la autoexploración y realizarse una mamografía anual a partir de los 40.

Por su parte, el cáncer de ovarios supone un gran problema en cuanto a su prevención, ya que no se conocen las causas que provocan los tumores y no se pueden aconsejar pautas para evitarlos. Además, su diagnóstico es difícil, por lo que es importante que las mujeres, a partir de sufrir la menopausia, se sometan a ecografías, revisiones y a determinados análisis de sangre.

Hombres de más de 50 años

El tipo de tumor más común en hombres que superan los 50 años es el de próstata, el único cáncer exclusivo de hombres, aunque hay varios tipos de tumores que se dan mucho más en varones que en mujeres debido a un mayor consumo de tabaco y alcohol. Por ejemplo, el cáncer de pulmón se detecta en un 17% de los hombres y en un 6% en mujeres. Este cáncer tiene uno de los peores diagnósticos ya que solo el 12,3% de sus pacientes están vivos 5 años después.

El de vejiga es otro ejemplo en el que influye mucho el consumo de tabaco, y por este motivo de nuevo vuelve a afectar más a los hombres (12.300 nuevos casos en varones frente a 2.300 en mujeres).

Mujeres y hombres en edad adulta o avanzada

Uno de los tipos de tumores más comunes entre mujeres y hombres es el cáncer de colon, que supone un 15% de los nuevos casos diagnosticados. El riesgo estándar de esta enfermedad está a partir de los 50 años para los dos sexos, y se puede detectar mediante una colonoscopia o por sangre oculta en las heces. Para reducir el riesgo de padecerlo, se ha de llevar una dieta mediterránea y hacer ejercicio físico.

Con el envejecimiento, otro de los peligros es el de padecer cáncer de piel. La edad promedio del paciente de riesgo de padecer una enfermedad de este tipo como el melanoma son los 63 años, pero también es común en personas jóvenes, incluso menores de 30. Lo más eficaz que se puede hacer es protegernos del sol y, en el caso de que aparezca un lunar o mancha en la piel que se modifique en tamaño y color y empiece a molestar, acudir al médico para que lo analice.

Otros datos

Tal como revela el informe anual editado por la Sociedad Española de Oncología Médica, 'Las Cifras del Cáncer' el número de cánceres diagnosticados en España en el año 2021 ha alcanzado los 276.239 casos.

En las últimas décadas, el número absoluto de cánceres diagnosticados en España ha aumentado a causa del aumento poblacional y del envejecimiento de la población.

Mientras, la incidencia de casos de cáncer en los países de la Unión Europea también ha aumentado en los últimos años, pasando de los 2 millones a mediados de los noventa, a los más de 3,1 millones en la actualidad

Mortalidad

A nivel mundial, el cáncer sigue constituyendo una de las principales causas de mortalidad del mundo, con aproximadamente 9,9 millones de muertes relacionadas con cáncer en el año 2020, de acuerdo con los datos proporcionados por la International Agency for Research on Cancer (IARC). Sin embargo, la estimación de la mortalidad por cáncer a nivel mundial en la actualidad tendrá errores debido a la pandemia de la Covid-19.

Al igual que con la incidencia, se espera un incremento de la mortalidad en los próximos años, estimándose la mortalidad en más de 16 millones en 2040. A su vez, en España, se prevé que la mortalidad por cáncer se incrementará a más de 160.000 casos en 2040. En la actualidad, cada día mueren en nuestro país 300 personas, lo que equivale a 110.000 al año.

Supervivencia

La supervivencia de los pacientes con cáncer de España es similar a la de los países de nuestro entorno. Se estima que se ha duplicado en los últimos 40 años y es probable que, aunque lentamente, continúe aumentando en los próximos años.