Los jóvenes y las redes sociales. Una realidad que va cada vez más de la mano. Niños y niñas que nacen y se crían con aparatos tecnológicos y que su educación y tiempo libre se desarrolla en parte en torno a ellos. Pero como todo mundo nuevo, también tiene sus riesgos; no son físicos pero pueden llegar a afectar psicológica y emocionalmente a los más pequeños. Un daño que en ocasiones es irreversible. Bajo el título "Desde el lado oscuro de los hábitos tecnológicos", Fad Juventud ha indagado en los riesgos presentes cuando los menores de 29 años navegan en redes sociales.
Los riesgos de las tecnologías que más preocupan a los adolescentes españoles son: ser objeto de estafa, que se difundan fotos o vídeos comprometidos sin su permiso, que suplanten su identidad online, que haya información perjudicial para su futuro y sufrir mensajes de odio. Aunque sus preocupaciones distan bastante de lo que viven realmente día a día. Los jóvenes afirman que en el último año han bloqueado perfiles en redes sociales por insultos o acoso (casi un 20%), han recibido mensajes o vídeos de carácter sexual sin consentimiento (más del 18%), han evitado subir contenidos por miedo al acoso o insulto (más del 16%), han sido objeto de mensajes de odio (casi un 15%) o d insultos o acoso de personas desconocidas (más de un 14%).
Sin embargo, experimentan con menor frecuencia acoso sexual, presiones con fines sexuales, chantaje sexual o publicación de contenido sin consentimiento o suplantación de identidad. Pero cuanto más pequeños, mayores son los riesgos. "Cuanto más jóvenes más reciben contenido inapropiado, sufren más discurso de odio, más insultos, más control por parte de sus parejas, y más sufren publicaciones de contenido suyo sin consentimiento" expone el estudio. Sin embargo, parecen ser conscientes de todo lo que ocurre en sus aplicaciones favoritas: 43,4% afirma no aceptar solicitudes de amistad de gente que no conoce y un 45,3% cree que no se exagera sobre los riesgos de las redes sociales.
Pero a pesar de estar sensibilizados, la autonomía que las redes sociales les aporta sobre todo a los menores, hace que en muchos casos se aíslen. Cuando tienen un problema en ellas recurren a sus amistades y no a sus familiares o los entornos escolares. Es más, 2 de cada 10 asegura no pedir ayuda a nadie. Las amistades son el principal núcleo para hablar de tecnologías digitales: 4 de cada 10 jóvenes dice que sus amistades se interesan por lo que hacen en redes y más del 30% dice que habla con amigos y amigas sobre ciberseguridad y comportamientos en estos entornos. La figura de los padres pierde aquí fuerza porque 7 de cada 10 confirman que sus padres no se interesan por lo que hacen online. Algo similar ocurre a la hora de adquirir conocimientos: 4 de cada 10 afirman que se apañan solos o solas, el 34% se fija o acude a amigos y conocidos y el 20,1% busca fuentes online (ya sea influencers o youtubers).
Cuatro de cada diez jóvenes no recibe formación sobre como mejorar su seguridad o comportamiento en Internet. Conocen los peligros, pero piden ayuda a sus iguales, no a los adultos
Las vivencias son diferentes según el género. "Al comparar, vemos que las chicas bloquean más en redes sociales y reciben más contenido inapropiados sin quererlo. Los chicos sufren más estafas, les suplantan más la identidad, reciben más control por parte de su pareja y envían más contenidos sexuales propios" puntualiza Alejandro Gómez, coautor del estudio.
Educación y acompañamiento
Y de lo que vive cada uno a lo que ven habitualmente en otros también hay cierta brecha. Los adolescentes perciben con bastante frecuencia discursos de odio, acoso entre jóvenes, envío de imágenes sin consentimiento o acoso de personas adultas a menores. Para Beatriz Martín Padura, directora general de Fad Juventud: "En pleno debate social sobre la protección de niños, niñas y adolescentes ante los riesgos digitales, es muy preocupante que un 40% afirme que no recibe ningún tipo de formación sobre cómo afrontarlos. Paliar este déficit de información debería ser nuestra prioridad. Y es una responsabilidad compartida entre las familias, docentes, plataformas tecnológicas, administraciones, instituciones, creadores de contenido...Es un desafío complejo, pero no no podemos conformarnos con soluciones simplistas. Cuantos y mejor ejerzamos nuestra responsabilidad como agentes activos y comprometidos de alfabetización mediática, menos vulnerables serán nuestros adolescentes y jóvenes a los riesgos digitales".
La prohibición no es la solución, coinciden los autores del estudio, sino el acompañamiento y la educación. Estos son los tres puntos en torno a los que Fad Juventud considera que debe fundamentarse ese proceso de acompañamiento:
- Respeto: aprovechar todas las oportunidades para enseñarles (sabiendo que la tecnología es parte fundamental de su vida)
- Análisis: los educadores y progenitores deben analizar los hábitos digitales y percepciones para acompañarles sin prohibir
- Orientación: para resolver dudas y que haya un uso responsable y seguro con independencia
¿Qué hacen los jóvenes en Internet?
La comunicación y el entretenimiento son las principales actividades de los jóvenes en Internet. Un 82,9% chatea todos los días, el 77,6% ve vídeos online, el 75,8% escucha música y el 68,4% pasa el tiempo en las distintas redes sociales. Estas son las actividades más habituales pero les siguen de cerca ver películas o series, ver la televisión, seguir las noticias o jugar a videojuegos. Las tareas que menos realizan son usar páginas o apps para buscar pareja, usar servicios de apuestas o casino online y mantener web o blog propio. Ante informaciones veraces y falsas, según incrementa la edad, aumenta la frecuencia con la que contrastan. Casi la mitad se encuentra con contenidos en Internet que considera falsos o dudosos con bastante frecuencia y solo un 42% contrasta a menudo esos contenidos.
La gestión de sus redes sociales
El 45,2% de los jóvenes tiene sus perfiles en redes sociales privados, el 18,6% totalmente públicos y el 36,4% parcialmente públicos. Las mujeres suelen ser más cautelosas, el 48,5% tiene sus perfiles privados. En cuanto al retoque de sus fotos, algo más de la mitad reconoce que nunca o casi nunca retoca sus fotos, un 24,3% admite que lo hace a veces y el 20,2% con bastante o mucha frecuencia. Los perfiles públicos son los que más tienden a esto último. Se le da también bastante importancia a la imagen: el 58% comparte fotos propias y el resto cosas que gustan como es la música, libros o películas. Además, 4 de cada 10 comenta las publicaciones de otras personas, ya sean amigos, familiares, conocidos, etc.
Son muchas las horas que pasan en las distintas aplicaciones y navegando y lo cierto es que muchos y muchas jóvenes no son conscientes del tiempo. Casi un 32% siente la necesidad de ver las redes sociales en todo momento, a casi el 30% le preocupan las reacciones negativas y los "me gusta" son importantes para su autoestima. Las dos actividades que más descuidan por pasar tiempo online son dormir y estudiar. Y es que la mayoría cree estar superconectado: alrededor de la mitad tiene habitualmente la sensación de pasar demasiado tiempo conectado, ya sea con el teléfono, con Internet o con las redes sociales.