Esther López no murió inmediatamente. Así lo refleja los últimos indicios de la investigación en base a las manchas de sangre en su cuerpo. Confirma lo que sospechaba la Guardia Civil desde un primer momento por lo encontrado en el lugar en el que apareció el cuerpo. Esta circunstancia se suma y refuerza que no murió en esa cuneta en la que se halló su cadáver.
Un informe del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil que recoge OK Diario revela los detalles de las pruebas recogidas en ese lugar tras un milimétrico reconocimiento de la zona. Entre ellas, en torno a una decena de colillas, pañuelos, un guante de látex, diferentes restos de vehículos, un tapón de plástico... Ninguno de ellos tenía ADN de Esther o de los implicados en el caso.
Claves de las manchas de sangre
Lo que sí ha arrojado luz al caso es las manchas de sangre encontradas en la ropa y el cuerpo de Esther. En varias zonas del abrigo de la joven se han localizado manchas, como en cuello, mangas o bolsillos. También en su blusa y su camiseta al igual que en sus manos. Se ha comprobado que esa sangre pertenece a Esther.
La sangre en las manos es la que ha permitido extraer más conclusiones ya que no tenía heridas en ellas. Eso indica que en un movimiento reflejo las llevó a la herida de la frente. Esto confirma que el golpe qe sufrió no le dejó inconsciente de inmediato sino que pudo palpar sus heridas pese a su gravedad.
Lo que tiene menos explicación, son las manchas en su bolso. Apareció colocado minuciosamente junto a su cuerpo. Los investigadores creen que quién hubiera trasladado a Esther a la cuneta, pudo haberse manchado con su sangre y que parte de ella terminara en el bolso de la joven.
El testigo señala que el cuerpo se veía a "simple vista"
El hombre que encontró el cadáver de Esther, relevó detalles importantes: “He llegado sobre las 9:30 y he aparcado el coche en el restaurante ‘La Maña’. No conocía de nada a Esther". Tras andar por varios caminos llegó a la curva en la que se encontraba el cuerpo de Esther López: "A unos quince metros de pasar el cruce, a simple vista, he observado el cuerpo de una persona. Estaba de espaldas. Llamé inmediatamente para avisar. Enseguida llegó un coche de la Guardia Civil. Durante el tiempo que estuve esperando ninguna persona manipuló el cuerpo ni se acercó a él", aseguró en su declaración a los agentes.
Tardó varias horas en morir
El análisis de su cuerpo también determina que murió horas después de sufrir el traumatismo, sin que este sea la causa directa de la muerte. El posible atropello le produjo fracturas en cadera y brazo y la hemorragia interna que derivó en un fallo multiorgánico. A esto se añade el intenso frío de esa noche, la debilidad y el dolor por el desangramiento, el efecto del alcohol y otras sustancias. Todo en conjunto provocó que perdiera el conocimiento y finalmente muriera por una hipotermia. El hecho cierto es que el impacto que recibió es el desencadenante de todo lo demás y que en caso de haber recibido atención médica tras el mismo, la situación era recuperable.