Jorge Bergoglio pudo haber terminado en el altar, pero como marido, si su "noviazgo" con Amalia, su "novia" del barrio durante la secundaria, hubiera prosperado y su propuesta de boda no hubiera caído en saco roto, como ha recordado la antigua amiga de la infancia del Papa.
"Si no me caso con vos, me hago cura", le dijo un día Bergoglio a Amalia, su "novia" del barrio porteño de Flores, cuando apenas contaban doce años, ha relatado la mujer ante medios locales. El "romance" no prosperó por la oposición de los padres de ella, ha explicado una Amalia muy emocionada que todavía lamenta que Bergoglio no pudiera oficiar la ceremonia de su boda con su actual marido en la parroquia del barrio.
Lo cierto es que el ahora papa Francisco fue un niño inquieto y estudioso, que nunca soñó con llegar al Vaticano, y cuya temprana vocación religiosa no le impidió tener ese amor adolescente, según recuerdan sus amigos, vecinos y compañeros de colegio de su barrio porteño de Flores. Decenas de periodistas se agolpan en la puerta de la casa en la que Bergoglio pasó sus primeros años en los que, además de jugar al fútbol con sus amigos y dedicaba mucho tiempo a los estudios.
El papa Francisco es un "hombre de barrio" y por eso los vecinos no dejan de ofrecer detalles sobre él y su familia, inmigrantes italianos que, junto a los españoles, se instalaron en la zona baja de Flores en los años 40. "Era muy inquieto y estudioso y se crió en un entorno familiar muy bueno, y eso es fundamental. La familia es muy importante", ha dicho Susana Burel, una vecina que conoce al nuevo papa desde hace más de 20 años.
El adjetivo "cercano" es uno de los que más se repite en boca de aquellos que lo conocieron o tuvieron algún tipo de contacto con él a lo largo de su adolescencia. Pero esa cercanía, puntualizan sus vecinos y allegados, no era solo con la gente que conocía sino, sobre todo "con los humildes, los pobres, los diferentes, a los que nadie mira".
Entre 1943 y 1948, Francisco estudió primer grado en el colegio público "Antonio Cerviño", donde todavía se conservan los libros con sus calificaciones y las listas de asistencia. "Siempre sacaba suficientes en todo, pero hay que explicar que en aquella época las calificaciones que se otorgaban eran o suficiente o insuficiente, no como ahora", ha indicado Roxana Domínguez, actual directora de la escuela.
Bergoglio pasó por esas aulas de los 6 a los 11 años, "y no faltó prácticamente nunca" a las clases de aritmética, geometría, historia, geografía y dibujo, materias básicas de antaño.
A pocas calles del colegio se encuentra la parroquia de Santa Francisca Javier Cabrini, donde el nuevo pontífice ofició misa durante el tiempo que ejerció como "vicario zonal" del barrio de Flores. "Al ser nombrado obispo le adjudicaron el control de la zona en la que se había criado. Eso fue especialmente emocionante para él. Venía todo lo que podía, porque además el párroco de esta iglesia, el padre Constantino Pratesi, era muy buen amigo y le ayudó mucho", ha dicho Manuel Joaquín Novo Briones, encargado de la iglesia.
De aquella época, la parroquia conserva varias fotografías de Jorge Bergoglio celebrando misa al aire libre, rodeado de feligreses, con compañeros de sacerdocio o con la camiseta del San Lorenzo, el equipo de fútbol del que es aficionado.
"Sus homilías eran sencillas y profundas, te llegaban", ha señalado Nilda, una feligresa que ayuda también en la parroquia. A Bergoglio le gustaba hablar de oración, "y sobre todo de evangelización", recuerda Nilda, a quien especialmente le quedó marcada la frase en la que el actual papa alentaba a los fieles a "salir de la pecera e ir a las calles a evangelizar". "Ese siempre fue su lema y su propósito y ahora, en Roma, seguro que lo seguirá siendo", ha dicho.