Lo que da importancia al trabajo realizado por estos científicos daneses es que gracias a ese chicle han conseguido el ADN de su consumidor. Es la primera vez que se consigue extraer un antiguo genoma humano de algo que no sean huesos o dientes. Además, como en el chicle hay 40 tipos de microbios y restos de comida, han podido averiguar más sobre su salud y alimentación.
Por eso sabemos que Lola es una mujer, probablemente de ojos azules y con la piel y el cabello oscuro que acababa de comer nueces y pato. Han dicho los investigadores que su análisis genético, más que al de los países escandinavos se parece al de los habitantes que había en lo que hoy es España. España y Bélgica, como destaca hoy La Vanguardia.