La Administración Nacional de Productos Médicos de China ha validado el permiso para comercializar la vacuna contra la COVID-19 de la farmacéutica china Sinopharm tras solicitar el pasado miércoles la pertinente autorización.
Se trata, por tanto, del primer fármaco autorizado en el país oriental para este cometido tras demostrar una efectividad del 79,34%, según avanzó la propia compañía, y es una de las dos vacunas que desarrolla el citado laboratorio estatal.
La vacuna de Sinopharm ya ha concluido la fase 3, proceso que determina oficialmente su efectividad, aunque las autoridades de Emiratos Árabes Unidos, uno de los países que participaron en las pruebas, habían indicado a principios de diciembre que contaba con una eficacia del 86 %.
Al registrarla, el país petrolero fue el primero en aprobar el citado fármaco, incluso días antes de que lo hiciera China.
El Instituto de Productos Biológicos de Pekín, organismo subsidiario de Sinopharm y con el que ha desarrollado la vacuna, confirmó el miércoles que los resultados de la fase 3 mostraban unos niveles de seguridad "buenos" y que, además, todas los participantes desarrollaron altos niveles de anticuerpos tras recibir las dos dosis.
Según ha remarcado el Instituto, los datos provisionales extraídos de los ensayos están en línea con los estándares técnicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
No obstante, eludieron informar sobre los posibles efectos secundarios, lo que enlaza con el discurso de las autoridades chinas, pues han reiterado en los últimos meses que no se han detectado efectos adversos graves durante los ensayos con las diferentes candidatas a vacuna desarrolladas en el país.
Asimismo, el comunicado destaca que la tasa de seroconversión de anticuerpos neutralizantes es del 99,5 %, en línea con las pruebas ya realizadas en Emiratos Árabes.
Administrada a un millón de personas de forma excepcional
Aunque acaba de ser aprobada, la vacuna de Sinopharm, al igual que el segundo suero en desarrollo, ya ha sido distribuida en China desde julio en casos excepcionales, enfocados, sobre todo, a la protección del personal sanitario, empleados de programas de prevención del coronavirus, trabajadores portuarios y transportistas, así como personas que han de trasladarse a países donde el riesgo de contagio es todavía alto.
Hace poco más de un mes, fueron casi un millón de personas las que habían recibido alguna de estas dosis "de emergencia", según avanzó el presidente de Sinopharm, Liu Jingzhen, y solo un pequeño número de estas había presentado efectos adversos leves.
Actualmente, cuatro vacunas desarrolladas en China han alcanzado la fase 3 de pruebas clínicas: las dos de Sinopharm, una de Sinovac y otra de CanSino Biologics, a las que hay que sumar la vacuna de Prfizer y BioNTech, cuyo socio exclusivo en China, Fosun Pharma, también tomó parte en los ensayos.