Es muy importante creer que el optimismo "puede sumar en la vida" porque hay mucha gente que piensa que la persona optimista es un "iluso" y alguien que "no analiza la información con objetividad".
Sin embargo, la investigación demuestra que los optimistas son personas que tienen más en cuenta aquello que puede fracasar de un proyecto, que los negativos lo que puede salir bien.
También hay que aprender a "cambiar la interpretación que hacemos del entorno". Hay gente que anticipa continuamente todo lo malo que va a pasar y así "condicionan su propio destino".
Parte importante juega el estrés, una losa que todos arrastramos y que nos impide ser felices. Para contrarrestarlo, hay que mantener hábitos saludables y evitar la frustración, renunciando al control absoluto.
"El mejor antiestrés son los pilares básicos de la vida: dormir, descansar, meditar y hacer ejercicio físico. También, aceptar la parte de la vida que no podemos controlar porque no poder controlar lo incontrolable, nos genera ansiedad", afirma.
Además, recomienda pisar un poco el freno en estas fechas navideñas en las que estamos más acelerados para poder llegar a todo en días de muchas celebraciones y compromisos familiares. "Adelgacemos nuestra agenda y saboreemos cada momento para mayor disfrute".