El médico forense Paco Etxeberría, al frente de un grupo de técnicos de la Sociedad Aranzadi, comenzó a trabajar la pasada madrugada en las exhumaciones en la cripta, donde también reposaban hasta hace poco los restos del general Emilio Mola, que fueron retirados recientemente por expreso deseo de su familia.
Los restos de los generales golpistas Emilio Mola y José Sanjurjo fueron trasladados a esa cripta el 18 de julio de 1961 tras fallecer el 23 de junio de 1937 y el 20 de julio de 1936, respectivamente.
Así, ha informado el Ayuntamiento de Pamplona, el equipo encabezado por Etxeberría, profesor de la Universidad del País Vasco y presidente de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, ha estado trabajando en la cripta en la exhumación de los cuerpos, incluido el de Sanjurjo, después de que ayer el juzgado desestimara una petición de suspensión cautelar de la familia del general.
Esta misma mañana ha tenido lugar otra vista en la que el juzgado de lo contencioso administrativo ha rechazado la suspensión cautelar, solicitada por la familia, de la exhumación de los restos de los hermanos Joaquín y Dimas Aznar Zozaya.
El Ayuntamiento de Pamplona espera que el proceso de exhumación dirigido por Etxeberria, que fue también el forense que identificó los restos de los niños de 2 y 6 años en la hoguera de la finca de "Las Quemadillas" (Córdoba), termine a lo largo de esta noche.
El proceso de exhumación no ha despertado mucha expectación en las inmediaciones del monumento pamplonés, aunque han sido numerosos los medios de comunicación que han permanecido todo el día en la calle, frente a la puerta de entrada a la cripta.
Sin embargo, la zona de la entrada ha permanecido acordonada y vigilada por agentes de la Policía Municipal de Pamplona, en aplicación del acuerdo alcanzado entre el Ayuntamiento y el Arzobispado para que el proceso se llevase a cabo en "absoluta intimidad".
Una vez finalizados los trabajos de exhumación, comprobación y documentación de los restos humanos, los mismos serán entregados a los familiares cuando se clausure la cripta como espacio de cementerio.
El "Monumento a los Caídos" de Pamplona fue desacralizado hace décadas tras un acuerdo por el que el Arzobispado cedió el uso del inmueble al Ayuntamiento, que hoy lo dedica a actividades culturales, mientras que la cripta quedó en usufructo perpetuo de la Diócesis.
El Arzobispado de Pamplona ha anunciado que seguirá haciendo un uso religioso de la cripta, en concreto una misa y el rezo del viacrucis una vez al mes.
Este proceso de exhumaciones, emprendido por el Ayuntamiento de Pamplona en aplicación de la Ley Foral de Memoria Histórica, ha despertado reacciones encontradas entre las familias de los combatientes de la Guerra Civil enterrados en el lugar.
Así, por ejemplo, la familia de Jaime Munárriz Escondrillas ha mostrado su "alegría" por la exhumación, que llevaban reclamando desde los años 80, mientras que los allegados de Severiano Arregui se han opuesto a la medida y han subrayado en una carta que "los muertos no pueden ser instrumentalizados por las apetencias de los vivos".
