España sigue registrando un incremento de casos de viruela del mono, lo que ha propiciado que el Gobierno vaya a comprar vacunas y antivirales para el tratamiento de la viruela del mono. Los casos confirmados en nuestro país se elevan a 84, mientras que hay 157 sospechosos.
Madrid es una de las comunidades autónomas más afectadas, con 65 casos confirmados y 30 sospechosos que siguen siendo analizados en pruebas de laboratorio. En este sentido, la región confirmó que se trabaja con la hipótesis de que una sauna de la capital, frecuentada por jóvenes varones de distintas nacionalidades, sería uno de los focos de la enfermedad en nuestro país.
Se suma al festival del Gay Pride en Maspalomas, que también se maneja como posible foco de origen de la viruela del mono. Por ello, el consejero de Sanidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, ha pedido a Sanidad la compra "lo antes posible" de vacunas para poder administrar a los contactos directos de personas con la enfermedad.
Vacuna contra la viruela: cómo saber si estás vacunado
Por otra parte, hay personas de más de 40 o 50 años que en su día recibieron la vacuna contra la viruela, que otorga cierta inmunidad frente al 'monkeypox'. ¿Cómo se puede saber si estás vacunado contra la viruela? Este grupo de población comparte una característica muy reconocible.
Se trata de una cicatriz en la parte superior del brazo. En todos los casos, es una señal muy similar debido a la aguja con la que se administraba la vacuna en la época: una aguja bifurcada.
La aguja bifurcada es muy distinta de la que se usa actualmente, la hipodérmica. Antes, se sumergía la bifurcada en la solución de la vacuna y cuando se sacaba, quedaba una gota de la sustancia entre ambas puntas. Luego se inyectaba de una manera muy concreta: se picaba en la piel unas 15 veces en pocos segundos.
Estos pinchazos creaban una pequeña protuberancia de sangre que, al cicatrizar, dejaba esa marca que ahora comparten de por vida los vacunados contra la viruela.
La aguja bifurcada la inventó el doctor Benjamin Rubin en 1965, y durante diez años (de 1966 a 1977) fue la principal herramienta para erradicar la viruela.