El buceo es “aquella actividad subacuática consistente en que una persona se mantenga bajo el agua sometida al medio hiperbárico, ya sea con el auxilio de aparatos o medios que permitan el intercambio de una mezcla gaseosa respirable con el exterior, o bien de cualquier sistema que facilite la respiración, o ya sea sin el auxilio de dichos aparatos, medios o sistemas”. Así lo define el Real Decreto 550/2020, del 2 de junio, el cual regula los aspectos relativos a la seguridad en este deporte
Reconocimientos médicos para poder bucear
En la actualidad, la nueva ley hace responsable al propio buceador de mantener un estado de salud adecuado para la práctica del buceo y habla de tres documentos acreditativos del estado físico:
- La declaración responsable del buceador que debe cumplimentar nosotros el buceador.
- El informe médico del buceador, el cual es firmado por un médico.
- El reconocimiento médico, que debe contener al menos las pruebas de espirometría, electrocardiograma y otorrinolaringología.
Según el Artículo 8, para el buceo recreativo y para los bautismos, solo es necesaria una declaración responsable del buceador. En caso de responder ‘sí’ a alguna de las preguntas de dicha declaración responsable, habrá que cumplimentar el ‘informe médico del buceador’ (válido durante un año), y presentarlo a un médico para que certifique si somos aptos o no para la práctica de buceo.
Enfermedades y situaciones clínicas que impiden el submarinismo
Epilepsia, episodios de pérdida de conocimiento repetidos, neumotórax espontáneo, quistes y bullas pulmonares… Estas son algunas de las contraindicaciones que impiden bucear en todos los casos.
De la misma manera, otras enfermedades de diversos tipos pueden ser contraproducentes en determinadas circunstancias, por lo que se debe hacer una evaluación individual de cada caso. Por ejemplo:
- La diabetes puede ser una contraindicación dependiendo del tipo, del tratamiento y de lo controlada que esté la enfermedad.
- La tensión alta y la medicación que se utiliza para el tratamiento de la hipertensión puede producir problemas durante las inmersiones.
- Se desaconseja la práctica del buceo a mujeres embarazadas, puesto que no hay suficientes estudios como para garantizar plenamente su seguridad.
- El asma también puede suponer un problema para la práctica del submarinismo, aunque no en todos los casos.
- Cuando hay una inflamación de las vías respiratorias, tanto los oídos como los senos paranasales, no están en condiciones óptimas de soportar los cambios de presión, y aumenta el riesgo de presentar lesiones (barotrauma).