Son muchos los conductores que están totalmente capacitados para conducir durante la mayor parte de su vida, aunque es evidente que con el paso de los años las capacidades al volante pueden verse afectados.
Según la normativa vigente en España, la Dirección General de Tráfico (DGT) no estipula una edad máxima para conducir, como sí marca -por razones obvias- la mínima; eso sí, sí que es cierto que a partir de los 65 años, el tiempo para renovar el carnet de conducir pasa de los 10 a los 5 años.
Obviamente, evenjecer no es una razón para dejar de conducir, pero hay posibles enfermedades y/o afecciones que pueden derivar en limitaciones físicas y/o mentales que pueden suponer en riesgo para la propia vida y la de los demás. De hecho, los centros de reconocimiento de conductores -cuando te renuevas el permiso- pueden llegar a exigir -por edad o historial médico- revisiones anuales.
La pérdida de reflejos o algunas limitaciones a nivel físico y mental pueden indicar que algo no va bien. Así las cosas, desde la empresa de seguros, Cleverea, se alerta de algunas señales para saber si, quizás, es momento de dejar de conducir.
El resto de conductores te pita demasiado
Los conductores maleducados existen, pero este hecho puede indicar que está conduciendo de forma incorrecta, ya sea cometiendo una infracción o un descuido.
Te distraes con frecuencia
Un despiste lo tiene cualquiera, pero en edades avanzadas suele ser más frecuente y puede ser síntoma del comienzo de un deterioro cognitivo aún no diagnosticado. El navegador del vehículo no siempre es la solución porque con los años es más difícil mirar la carretera y la pantalla a la vez.
Cada vez tienes más percances o sustos
No tienen que ser necesariamente golpes importantes, pero sí ligeros choques, raspones, sustos… con mayor frecuencia.
Surgen peatones o ciclistas de la nada
Un claro ejemplo de falta de reflejos, atención o peor, pérdida de visión lateral.
[[H3:
Te sales del carril algunas veces
]]El cansancio por concentrarse en la conducción puede hacer que en algunas ocasiones no se circule como es debido.
Te estresa incorporarte en las rotondas
Algo tan habitual en la conducción como incorporarse a una rotonda, salir de ella o incorporarse a una vía o carril de aceleración empieza a resultar irritante.
Tienes choques al aparcar
Ligeros choques o raspones en el momento de estacionar el vehículo pueden ser otra señal.
No quieres conducir de noche
Si notas que la visión de noche empieza a ser un problema, lo mejor es no arriesgarse.
Te cuesta hacer algunos movimientos
Por ejemplo, mover el pie entre el freno y el acelerador o sentir dolor en el cuello al girar la cabeza para aparcar o sufrir tensión en las manos al agarrar el volante con seguridad.
Te han puesto varias multas
Puede ocurrirle a cualquiera, pero si coincide con algunos de los síntomas que hemos comentado antes a lo mejor es otra señal.